Wikipedia

Resultados de la búsqueda

Buscar este blog

Mostrando entradas con la etiqueta BIOGRAFIAS. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta BIOGRAFIAS. Mostrar todas las entradas

domingo, 14 de marzo de 2010

TARJETA DE PRESENTACIÓN..........

(Hecho biográfico ocurrido en 1892)
Un señor de unos 70 años viajaba en el tren, teniendo a su lado a un joven universitario que leía su libro de Ciencias. El caballero, a su vez, leía un libro de portada negra. Fue cuando el joven percibió que se trataba de la Biblia y que estaba abierta en el Evangelio de Marcos.
Sin mucha ceremonia, el muchacho interrumpió la lectura del anciano y le preguntó:
- Señor, ¿usted todavía cree en ese libro lleno de fábulas y cuentos? 
- Sí, mas no es un libro de cuentos, es la Palabra de Dios. ¿Estoy equivocado? 
- Pero claro que lo está. Creo que usted señor debería estudiar Historia Universal. Vería que  la Revolución Francesa, ocurrida hace más de 100 años, mostró la miopía de la religión.
Solamente personas sin cultura todavía creen que Dios hizo el mundo en 6 días. Usted señor debería conocer un poco más lo que nuestros Científicos dicen de todo eso.
- Y... ¿es eso mismo lo que nuestros científicos dicen sobre la Biblia? 
- Bien, como voy a bajar en la próxima estación, no tengo tiempo de explicarle, pero déjeme su tarjeta con su dirección para mandarle material científico por correo con la máxima urgencia.
El anciano entonces, con mucha paciencia, abrió cuidadosamente el bolsillo derecho de su bolso y le dio su tarjeta al muchacho. Cuando éste leyó lo que allí decía, salió cabizbajo, sintiéndose peor que una ameba.  En la tarjeta decía:
 
Profesor Doctor Louis Pasteur
Director General del Instituto de Investigaciones Científicas.
Universidad Nacional de Francia.
 
'Un poco de Ciencia nos aparta de Dios.
Mucha, nos aproxima'.
Dr. Louis Pasteur


viernes, 12 de marzo de 2010

"...eres el primer ser humano que veo en 30 años..." .

Esta es la frase que repite contínuamente, casi como una letanía, Clive Wearing, portagonista del impresionante documental El hombre con 7 segundos de memoria. Clive Wearing contrajo un virus hace 30 años que le atacó al cerebro y le dejó sumido en un mundo del que sólo es capaz de recordar los últimos 7 segundos de cada momento. El documental, que recuerda mucho al caso que se cuenta en la película Memento, cuenta cómo ha vivido esta circustancia el propio Clive Wearing, pero también su mujer, que es la única persona que reconoce Clive de forma inmediata.

Se trata de una historia espeluznante que sin embargo consigue dejarte con un cierto buen sabor de boca, y es que es, a mi juicio, es una historia de amor incodicional y superación personal.

Es largo, pero apuntároslo para sacar un rato y verlo porque realmente merece la pena.
 
 
www.Tu.tv

viernes, 2 de enero de 2009

BBC- La vida de Buda

Este documental recrea la vida de alguien que nunca quiso ser venerado como un dios, pero que cambió para siempre el curso de la historia de la humanidad. Una búsqueda de paz y felicidad eterna. Quinientos años antes de Cristo un joven príncipe dejó su palacio e inició un viaje por el norte de India. Sus experiencias devinieron en una filosofía que hoy tiene más de cuatrocientos millones de seguidores. La filosofía budista crece día a día y cada vez más personas y más jóvenes se comienzan a interesar sobre las enseñanzas de Buda. A principios del Siglo XIX, un grupo de arqueólogos y exploradores occidentales encontraron en Lumbini, un pequeño pueblo de Nepal, el lugar de nacimiento de Buda, lo que les permitió descubrir algunos secretos de su vida. Una investigación profunda, con testimonios de expertos y los últimos hallazgos arqueológicos.




Gracias a Gloogle Videos

martes, 4 de noviembre de 2008

Ricos, famosos y, alguna vez en su vida, vagabundos

PD).- Algunos famosos comparten más cosas que popularidad, dinero o glamour. Halle Berry, Drew Barrimore, Jim Carrey, Hillary Swank o Daniel Craig, el último James Bond, además de famosos, vivieron en la calle en algún momento de su vida.

Así lo recoge la web Homeless Tales que ha elaborado una lista de personajes que han reconocido públicamente haber pasado algún tiempo en esta situación, para desmitificar, de cara a la población, el concepto de vagabundos o personas sin techo.

Algunos de ellos pasaron por ello antes de alcanzar la fama, como Jim Carrie, que vivió con su familia en una caravana o Halle Berry que vivió en diversos refugios durante un tiempo, y otros, acabaron ahí a pesar de haberse ganado el cariño del público, como George Orwell, que durmió en algunos albergues, dicen, en parte para buscar inspiración y en parte por necesidad.

Esta lista pretende mostrarle a la población que, aunque pueda resultar chocante, muchos de los ídolos de masas hoy en día, como Hillary Swank, que vivió en un coche antes de tener Oscar en su haber o Daniel Criag que dormía en bancos mientras se labraba su carrera como actor, pueden haber pasado por esta dura situación, por lo que habría que ser más conscientes de este problema.

Aparece la primera gran biografía de Himmler

(PD).-El jefe de las temidas SS, Heinrich Himmler fue, sin duda, uno de los más emblemáticos jerarcas nazis que encarna además todo el horror del Holocausto y de la voluntad asesina de la Alemania de Hitler. Eso hace sorprendente que sólo ahora aparezca una biografía exhaustiva del siniestro personaje.

'Heinrich Himmler. Biographie', es el título lacónico de la obra monumental que el historiador Peter Longerich acaba de publicar en la editorial Siedler y en la que logra dar una mirada profunda a la psicología interna de uno de los protagonistas claves de la barbarie nazi.

A Longerich le vino bien el hecho de que, para documentar la vida y el pensamiento de Himmler, existe mucho material de primera mano, como un diario que empezó a llevar desde que era niño, listas de lecturas comentadas y una abundante correspodencia. La conclusión central de Longerich es que probablemente Himmler fue el más radical de los nazis y el que más poder, después de Hitler, llegó a tener en su mano durante los años del III Reich.

Himmler, nacido en 1900, era un hombre de 1,74 metros de estatura -demasiado poco para alguien que soñaba con el ideal del superhombre ario- y que además era débil y enfermo. Frente a sus limitaciones, cultivó, al menos desde los años 20, la utopía de un mundo perfecto, dominado por los germanos.

Para alcanzar ese mundo había que liquidar, según Himmler, a judíos, eslavos, homosexuales, discapacitados y asociales, mientras el cristianismo -que consideraba como "la peste más grande que se había generado en la historia"- debía ser reemplazado por una religión germana, basada en los viejos mitos.

Como muchos de su generación, rechazaba tanto el imperio guillermino -al que no le perdonaba haber perdido la Primera Guerra Mundial- como la República de Weimar y anhelaba un conflicto bélico.

Mientras tanto, Himmler intenta estudiar economía agraria -la sociedad ideal debía ser agrícola- pero la devaluación y la hiperinflación de los años 20 en Alemania hace que la fortuna de su familia se desintegre y eso le obliga a dejar sus estudios.

Himmler tiene que trabajar. Después de su matrimonio en 1928 y del nacimiento de su primera hija, trata de aumentar sus ingresos como granjero avícola, pero sin éxito digno de mención. Sus problemas económicos sólo terminan en 1930, cuando logra un escaño en el Reichtag como uno de los representantes del Partido Nazi. Antes, a sus lecturas antisemitas había agregado algunas de parapsicología y espiritismo como parte de su proyecto para crear una nueva religión germánica.

Su carrera en el partido empieza a mediados de los años 20 y en 1924 hace en sus anotaciones su primera referencia a Hitler, al que consideraba un hombre extraordinario. En 1926 es nombrado jefe de propaganda para toda Alemania.

Dos años más tarde asume la jefatura de las SS, una fuerza de choque del partido, que en principio estaba subordinada a la S.A de Ernst Röhm y que contaba apenas con 280 hombres. En 1933, cuando los nazis llegaron al poder, Himmler había logrado aumentar a 50.000 el número de miembros de la SS que en el curso de los trece años de régimen nazi llegarían a ser medio millón.

Himmler, sin tener la eficacia populista de Joseph Göbbels o de Hermann Göring, se convirtió, sin embargo, por su apasionamiento y eficacia, en el hombre clave de Hitler.

Poco a poco, fue desplazando a sus rivales -Ernst Röhm fue incluso asesinado posiblemente por intriga suya- y sus hombres se convirtieron en el símbolo del terror y la muerte.

Logró que los campos de concentración se pusieran bajo su mando y fue el ejecutor principal -y en algunos casos también el autor intelectual- de los planes para el exterminio total de los judíos.

Tras la invasión de Polonia en 1939 y el ataque a la Unión Soviética en 1941, inicialmente las órdenes eran asesinar sólo a los varones judíos. Himmler consideró, sin embargo, que no se justificaba dejar vivas a las mujeres ni mucho menos a los niños que en el futuro podían convertirse en vengadores.

Al parecer, hubo momentos en que Hitler tuvo que frenar el ímpetu asesino de Himmler pues necesitaba todavía a parte de las víctimas potenciales como mano de obra.

Cuando llegó el fin de la guerra, y Himmler y sus esbirros habían eliminado a 6 de los 30 millones de personas que tenían proyectado asesinar, el jefe de las SS no entendió que su carrera había terminado y creyó que podía llegar a un acuerdo con los aliados para convertir a la Unión Soviética. El 23 de mayo de 1945 Himmler se suicidó, siendo prisionero del ejército británico.

sábado, 18 de octubre de 2008

BIOGRAFIA DE SHIRLEY TEMPLE

Shirley Temple

Shirley Jane Temple fue la singular niña prodigio que cantaba y bailaba tap a su manera en los escenarios, y pronto conquistó los corazones de América a través de la pantalla gigante en los años 30. Nació el 23 de abril de 1928, en Santa Mónica, California (Estados Unidos). Se ganó el cariño del público con apenas tres años, con sus adorados bucles y con su espontánea madurez al contestar. Debutó en Stand up and cheer (1934), musical protagonizado por Warner Baxter y Madge Evans, y ganó tal popularidad que llegó a convertirse en superstar.
Luego protagonizó Ahora y siempre durante ese mismo año con Gary Cooper y fue tan grande su éxito que se puso en marcha el comercio de juguetes e imágenes con su imagen. La muñeca de Shirley esta realizada en porcelana por Danbury Mint. Pero a menudo sufría deterioración de los ojos, la resquebrajadura superficial, o el molde que destruía lentamente por el material. Los precios superiores son pagados para las muñecas que llevaban la caja, los vestidos, la etiqueta, y el perno originales. La colección de Shirley de más de 700 muñecas fue dada al hospital de los niños de Stanford en 1972 para la exhibición en la recepción.

u fama inmensa le regaló al año siguiente, en la ceremonia de los premios Oscars, la consagración con una estatuilla especial por su contribución al mundo del entretenimiento en 1934. Ese mismo año suscribió un contrato con Fox que sacó a la empresa de sus graves problemas financieros. Shirley actuó en nueve películas más, con mucho esplendor. Al año siguiente continuó con La pequeña coronela, La pequeña rebelde, Heidi, La pobre niña rica, La mascota del regimiento, La pequeña princesa y El mago de Oz.
La niña creció y surgió la "Shirley adolescente" que no le trajo tanto fama en su carrera actoral, quedando relegada a papeles secundarios en Te volveré a ver (1944), Desde que te fuiste (1944), El solterón y la menor (1947) y Fort Apache, con Henry Fonda y John Ford. Shirley se casó en 1945 con John Agar, a quien conoció en el film Fort Apache. Él alcoholismo dañó su matrimonio y su carrera. John murió el 8 de abril de 2002, con 81 años, en el centro médico del St. José del Providence en Burbank. Había nacido en Chicago en 1921. Shirley tuvo de él una hija llamada Linda Susan en 1948.
En 1949 toma varias decisiones importantes en su vida. Decide dejar su carrera de actriz y divorciarse de Agar. Su última película fue Adventure in Baltimore, una comedia de Richard Wallace. Aceptó que había perdido su encanto para el público debido a una causa inevitable: tenía que seguir creciendo. Pero enseguida se casa nuevamente con un empresario televisivo, Charles Black.
Después intentó volver a la televisión, pero no tuvo tanto éxito y se dedicó a la política y la diplomacia para la ONU. Llegó a ser embajadora de Estados Unidos en Ghana (1974 - 1976) y en Checoslovaquia (1989). Se propuso terminar de escribir su primera autobiografía Estrella del niño. Shirley también estaba a cargo de la puesta en práctica de todas las visitas del departamento del estado, las ceremonias, los regalos para los jefes de estado extranjeros, y el enlace a todas las embajadas y consulados extranjeros localizados en los EE.UU. Recibió doctorados honorarios de la universidad de Santa Clara y universidad de Leigh, una beca de la universidad de la dama de Notre, y una beca de Chubb de la universidad de Yale.

También ha desempeñado servicios en los tableros de la Comisión para la UNESCO, el comité nacional de Estados Unidos sobre los EE.UU. (relaciones de China, la asociación de Naciones Unidas, la sociedad de Americano-China, y el destacamento de fuerzas del espacio de los ciudadanos de Estados Unidos). En 1976 llegó a ser el primer jefe femenino del protocolo de los Estados Unidos. Era un miembro fundador en 1983 y actualmente desempeña servicios en la junta directiva de la academia americana de diplomacia; es también cofundadora de la federación internacional de las sociedades de la esclerosis múltiple. En el 2002 se construyó en Los Ángeles una estatua del templo de Shirley del bronce.

Se calcula que realizó 57 películas durante su carrera como actriz. Shirley, desde entonces, trabaja escribiendo su segunda biografía. Actualmente tiene una nieta y vive en Woodside, California, con su negro Charles, de marido. Le apasiona ser esposa, madre, y abuela. Sus tareas diarias son jugar al golf, cultivar la huerta, pescar y cocinar. Lejos de ser aquella niña que fue, hoy, en la distancia, cuesta comprender que en una gran mujer diplomática encontremos a la dulce princesita improvisada bailando tap.

por Analia Abriles Paz


domingo, 21 de septiembre de 2008

BIOGRAFIAS- MIGUEL DE CERVANTES

Continuando con mi serie de Biografias, les dejo con la segunda entrega:

MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA, EL MAXIMO EXPONENTES DE LAS LETRAS ESPAÑOLAS

A diferencia de la de su contemporáneo Lope de Vega, quien conoció desde joven el éxito como comediógrafo, poeta y seductor, la vida de Cervantes fue una ininterrumpida serie de pequeños fracasos domésticos y profesionales, en la que no faltó ni el cautiverio, ni la injusta cárcel, ni la afrenta pública. No sólo no contaba con renta, sino que le costaba atraerse los favores de mecenas o protectores; a ello se sumó una particular mala fortuna que lo persiguió durante toda su vida. Sólo al final, tras el éxito de las dos partes del Quijote, conoció cierta tranquilidad y pudo gozar del reconocimiento hacia su obra, pero siempre agobiado por las penurias económicas.

Sexto de los siete hijos del matrimonio de Rodrigo de Cervantes Saavedra y Leonor de Cortinas, Miguel de Cervantes Saavedra nació en Alcalá (dinámica sede de la segunda universidad española, fundada en 1508 por el cardenal Francisco Jiménez de Cisneros) entre el 29 de septiembre (día de San Miguel) y el 9 de octubre de 1547, fecha en que fue bautizado en la parroquia de Santa María la Mayor. La familia de su padre conocía la prosperidad, pero su abuelo Juan, graduado en leyes por Salamanca y juez de la Santa Inquisición, abandonó el hogar y comenzó una errática y disipada vida, dejando a su mujer y al resto de sus hijos en la indigencia, por lo que el padre de Cervantes se vio obligado a ejercer su oficio de cirujano barbero, lo cual convirtió la infancia del niño en una incansable peregrinación por las más populosas ciudades castellanas. Por parte materna, Cervantes tenía un abuelo magistrado que llegó a ser efímero propietario de tierras en Castilla. Estos pocos datos acerca de las profesiones de los ascendientes de Cervantes fueron la base de la teoría de Américo Castro sobre el origen converso (judíos obligados a convertirse en cristianos tras 1495) de ambos progenitores del escritor.

El destino de Miguel parecía prefigurarse en parte en el de su padre quien, acosado por las deudas, abandonó Alcalá para buscar nuevos horizontes en el próspero Valladolid, pero sufrió siete meses de cárcel por impagos en 1552, y se asentó en Córdoba en 1553; dos años más tarde, en esa ciudad, Miguel ingresó en el flamante colegio de los jesuitas. Aunque no fuera persona de gran cultura, Rodrigo se preocupaba por la educación de sus hijos; el escritor fue un lector precocísimo y sus dos hermanas sabían leer, cosa muy poco usual en la época, aun en las clases altas. Por lo demás, la situación de la familia era precaria. En 1556 Leonor vendió el único sirviente que le quedaba y partieron hacia Sevilla, con el fin de mejorar económicamente, pues esta ciudad era la puerta de España a las riquezas de las Indias y la tercera ciudad de Europa, tras París y Nápoles, en la segunda mitad del siglo XVI.


Supuesto retrato de Miguel de Cervantes

A los diecisiete años Miguel era un adolescente tímido y tartamudo, que asistía a clase al colegio de los jesuitas y se distraía como asiduo espectador de las representaciones del popular Lope de Rueda, como recordaría luego, en 1615, en el prólogo a la edición de sus propias comedias: «Me acordaba de haber visto representar al gran Lope de Rueda, varón insigne en la representación y del entendimiento».

En 1551 la hasta entonces pequeña y tranquila villa de Madrid había sido convertida en capital por Felipe II, por lo que en los años siguientes la ciudad quintuplicaría su tamaño y población y llevados, nuevamente, por el afán de prosperar, los Cervantes se trasladaron en 1566 a la nueva capital. No se sabe con certeza que Cervantes hubiera asistido a la universidad, a pesar de que en sus obras mostró familiaridad con los usos y costumbres estudiantiles; en cambio, su nombre aparece en 1568, firmando cuatro composiciones en una antología de poemas en loa de Isabel de Valois, tercera esposa de Felipe II, fallecida ese mismo año. El editor del libro, Juan López de Hoyos, humanista, probable introductor de Cervantes a la lectura de Virgilio, Horacio, Séneca y Catulo y, sobre todo, a la del humanista Erasmo de Rotterdam, se refiere a aquél como «nuestro caro y amado alumno». Otros aventuran, sin embargo, que en el círculo o escuela de Hoyos, Cervantes había sido profesor y no discípulo.

En el año de 1569 un tal Miguel de Cervantes fue condenado en Madrid a arresto y amputación de la mano derecha por herir a un tal Antonio de Segura. La pena, corriente, se aplicaba a quien se atreviera a hacer uso de armas en las proximidades de la residencia real. No se sabe si Cervantes salió de España ese mismo año huyendo de esta sanción, pero lo cierto es que en diciembre de 1569 se encontraba en los dominios españoles en Italia, provisto de un certificado de cristiano viejo (sin ascendientes judíos o moros) y meses después era soldado en la compañía de Diego de Urbina.

Pero la gran expectativa bélica estaba puesta en la campaña contra el turco, en que el Imperio español cifraba su continuidad en el dominio y hegemonía en el Mediterráneo. Diez años antes, España había perdido en Trípoli cuarenta y dos barcos y ocho mil hombres. En 1571 Venecia y Roma formaban, con España, la Santa Alianza, y el 7 de octubre, comandados por el hermanastro bastardo del rey de España, Juan de Austria, vencieron a los turcos en la batalla de Lepanto. Fue la gloria inmediata, una gloria que marcó a Cervantes quien relataría luego, en la primera parte del Quijote, las circunstancias de la lucha. En su transcurso recibió el escritor tres heridas, una de las cuales, si se acepta esta hipótesis, inutilizó para siempre su mano izquierda y le valió el apelativo de «el manco de Lepanto» como timbre de gloria.

Junto a su hermano menor, Rodrigo, Cervantes entró en batalla nuevamente en Corfú, también al mando de Juan de Austria. En 1573 y 1574 se encontraba en Sicilia y en Nápoles, donde mantuvo relaciones amorosas con una joven a quien llamó «Silena» en sus poemas y de la que tuvo un hijo, Promontorio. Es posible que pasara por Génova a las órdenes de Lope de Figueroa, puesto que la ciudad ligur aparece descrita en El licenciado Vidriera, y finalmente se dirigiera a Roma, donde frecuentó la casa del cardenal Aquaviva (a quien dedicaría La Galatea), conocido suyo, tal vez desde Madrid, y por cuya cuenta habría cumplido algunas misiones y encargos. Fue la época en que Cervantes se propuso conseguir una situación social y económica más elevada dentro de la milicia, con el cargo de alférez o capitán, para lo cual obtuvo dos cartas de recomendación ante Felipe II, firmadas por Juan de Austria y por el virrey de Nápoles, en las que se certificaba su valiente actuación en la batalla de Lepanto.

Con esta intención, los Cervantes se embarcaron en la goleta Sol, que partió de Nápoles el 20 de septiembre de 1575, y lo que debía ser un expeditivo regreso a la patria se convirtió en el principio de una infortunada y larga peripecia. A poco de zarpar, la goleta se extravió tras una tormenta que la separó del resto de la flotilla y fue abordada, a la altura de Marsella, por tres corsarios berberiscos al mando de un albanés renegado de nombre Arnaute Mamí. Tras encarnizado combate y consiguiente muerte del capitán cristiano, los hermanos cayeron prisioneros. Las cartas de recomendación salvaron la vida a Cervantes pero serían, a la vez, la causa de lo prolongado de su cautiverio: Mamí, convencido de hallarse ante una persona principal y de recursos, lo convirtió en su esclavo y lo mantuvo apartado del habitual canje de prisioneros y del tráfico de esclavos corriente entre turcos y cristianos. Esta circunstancia y su mano lisiada lo eximieron de ir a las galeras.

Argel era en aquel momento uno de los centros de comercio más ricos del Mediterráneo. En él muchos cristianos pasaban de la esclavitud a la riqueza renunciando a su fe. El tráfico de personas era intenso pero la familia de Cervantes estaba bien lejos de poder reunir la cantidad necesaria siquiera para el rescate de uno de los hermanos. Cervantes protagonizó, durante su prisión, cuatro intentos de fuga. El primero fue una tentativa frustrada de llegar por tierra a Orán, que era el punto más cercano de la dominación española. El segundo, al año de aquél, coincidió con los preparativos de la liberación de su hermano. En efecto, Andrea y Magdalena, las dos hermanas de Cervantes y de quienes se supone que ejercían la prostitución, mantuvieron un pleito con un madrileño rico llamado Alonso Pacheco Pastor, durante el cual demostraron que debido al matrimonio de éste sus ingresos como barraganas se verían mermados, y, según costumbre, obtuvieron dotes que fueron destinadas al rescate de Rodrigo, quien saldría de Argel el 24 de agosto de 1577, fracasado otro intento de fuga de Miguel, y los hermanos se despidieron, salvando este último la vida de la ejecución debido a que su dueño lo consideraba un «hombre principal».

El tercer intento fue mucho más dramático en sus consecuencias: Cervantes contrató un mensajero que debía llevar una carta al gobernador español de Orán. Interceptado, el mensajero fue condenado a muerte y empalado, mientras que al escritor se le suspendieron los dos mil azotes a los que se le había condenado y que equivalían a la muerte. Una vez más, la presunción de riqueza le permitió conservar la vida y alargó su cautiverio. Esto sucedía a principios de 1578. Finalmente, un año y medio más tarde, Cervantes planeó una fuga en compañía de un renegado de Granada, el licenciado Girón. Delatados por un tal Blanco de Paz, Cervantes fue encadenado y encerrado durante cinco meses en la prisión de moros convictos de Argel. Tuvo un nuevo dueño, el rey Hassán, que pidió seiscientos ducados por su rescate. Estaba aterrado: temía un traslado a Constantinopla. Mientras, su madre, doña Leonor, había iniciado trámites para su rescate. Fingiéndose viuda, reunió dinero, obtuvo préstamos y garantías, se puso bajo la advocación de dos frailes y, en septiembre de 1579, entregó al Consejo de las Cruzadas 475 ducados. Hasta el último momento, Hassán retuvo a Cervantes, mientras los frailes negociaban, pedían limosna para completar la cantidad y por último, el 19 de septiembre de 1580, fue liberado y, tras un mes en que para limpiar su nombre pleiteó contra Blanco de Paz, se embarcó para España el 24 de octubre.

Cinco días más tarde, después de un lustro de cautiverio, Cervantes llegó a Denia y volvió a Madrid. Tenía treinta y tres años y había pasado los últimos diez entre la guerra y la prisión; su familia, empobrecida y endeudada con el Consejo de las Cruzadas, reflejaba, en parte, la profunda crisis general del imperio, que se agravaría luego de la derrota de la Armada Invencible en 1587. Al retornar, Cervantes renunció a la carrera militar, se entusiasmó con las perspectivas de prosperidad de los funcionarios de Indias, trató de obtener un puesto en América y fracasó. Mientras, fruto de sus relaciones clandestinas con una joven casada, Ana de Villafranca (o Ana de Rojas), nació una hija, Isabel, criada por su madre y por el que aparecía como su padre putativo, Alonso Rodríguez.

A los treinta y siete años Cervantes se casó. Su novia, Catalina de Salazar y Palacios, era de una familia de Esquivías, pueblo campesino de La Mancha. Tenía sólo dieciocho años, no obstante, no parece haber sido una unión signada por el amor. Meses antes, el escritor había acabado su primera obra importante, La Galatea, una novela pastoril al estilo puesto en boga por la Arcadia de Sannazaro cincuenta años atrás. El editor Blas de Robles le pagó 1.336 reales por el manuscrito. Esta cifra nada despreciable y la buena acogida y el relativo éxito del libro animaron a Cervantes a dedicarse a escribir comedias; aunque sabía que mal podía competir él, todavía respetuoso de las normas clásicas, con el nuevo modo de Lope de Vega, dueño absoluto de la escena española. Las dos primeras (La comedia de la confusión y Tratado de Constantinopla y muerte de Selim, escritas hacia 1585 y desaparecidas ambas) obtuvieron relativo éxito en sus representaciones, pero Cervantes fue vencido por el vendaval lopesco y, a pesar de las veinte o treinta obras (de las que sólo conocemos nueve títulos y dos textos, Los tratos de Argel y Numancia), alrededor de 1600 había dejado de escribir comedias, actividad que retomaría al fin de sus días.

Entre 1585 y 1600 Cervantes fijó su residencia en Esquivías, pero solía visitar Madrid solo y, allí, alternaba con los escritores de su tiempo, leía sus obras y mantenía una permanente querella con Lope de Vega. En 1587 ingresó en la Academia Imitatoria, primer círculo literario madrileño, y ese mismo año fue designado comisario real de abastos (recaudador de especies) para la Armada Invencible. También este destino le fue adverso: en Écija se enfrentó con la Iglesia por su excesivo celo recaudatorio y fue excomulgado; en Castro del Río fue encarcelado, en 1592, acusado de vender parte del trigo requisado, hasta que, al morir su madre en 1594, abandonó Andalucía y volvió a Madrid. Pero sus penurias económicas siguieron acompañándole. Nombrado recaudador de impuestos, quebró el banquero a quien había entregado importantes sumas y Cervantes dio con sus huesos en la prisión, esta vez en la de Sevilla, donde permaneció cinco meses. En esta época de extrema carencia comenzó probablemente la redacción del Quijote. Entre 1604 y 1606, la familia de Cervantes, su esposa, sus hermanas de tan dudosa reputación y su aguerrida hija natural, así como sus sobrinas, siguieron a la corte a Valladolid, hasta que el rey Felipe III ordenó el retorno a Madrid.

Pero en 1605, a principios de año, apareció en Madrid El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha. Su autor era por entonces hombre enjuto, delgado, de cincuenta y ocho años, tolerante con su turbulenta familia, poco hábil para ganar dinero, pusilánime en tiempos de paz y decidido en los de guerra. La fama fue inmediata, pero los efectos económicos apenas se hicieron notar. Cuando, en junio de 1605, toda la familia Cervantes, con el escritor a la cabeza, fue a la cárcel por unas horas a causa de un turbio asunto que sólo tangencialmente les tocaba (la muerte de un caballero asistido por las mujeres de la familia, ocurrida tras ser herido aquél a las puertas de la casa), don Quijote y Sancho ya pertenecían al acervo popular. Su autor, mientras tanto, seguía pasando estrecheces. No le ofreció respiro ni siquiera la vida literaria: animado por el éxito del Quijote, ingresó en 1609 en la Cofradía de Esclavos del Santísimo Sacramento, a la que también pertenecían Lope de Vega y Quevedo. Era ésta costumbre de la época, que ofrecía a Cervantes la oportunidad de obtener algún protectorado. En aquel mismo año se firmó el decreto de expulsión de los moriscos y se acentuó el endurecimiento de la vida social española sometida al rigor inquisitorial. Cervantes saludó la expulsión con alegría, mientras su hermana Magdalena ingresaba en una orden religiosa. Fueron años de redacción de testamentos y contiendas sórdidas: Magdalena había excluido del suyo a Isabel en favor de otra sobrina, Constanza, y Cervantes renunció a su parte de la finca de su hermano también en favor de aquélla, dejando fuera a su propia hija, enzarzada en un pleito interminable con el propietario de la casa en la que vivía y en el que Cervantes se había visto obligado a declarar a favor de su hija.

A pesar de no conseguir siquiera (como tampoco lo logró Góngora) ser incluido en el séquito de su mecenas el nuevo virrey de Nápoles, el conde de Lemos, quien, sin embargo, le daba muestras concretas de su favor, Cervantes escribió a un ritmo imparable: las Novelas ejemplares, que aparecieron en 1613; el Viaje al Parnaso, en verso, 1614. Ese mismo año lo sorprendió la aparición, en Tarragona, de una segunda parte del Quijote, por un tal Avellaneda, que se proclamó auténtica continuación de las aventuras del hidalgo. Así, enfermo y urgido, mientras impulsaba la aparición de las Ocho comedias y ocho entremeses nuevos nunca representados (1615), acabó la segunda parte del Quijote, que aparecería en el curso del mismo año.

A principios de 1616 estaba terminando su novela de aventuras en estilo bizantino, Los trabajos de Persiles y Segismunda; el 19 de abril recibió la extremaunción y al día siguiente redactó la dedicatoria al conde de Lemos, ofrenda que ha sido considerada como exquisita muestra de su genio y conmovedora expresión autobiográfica: «Ayer me dieron la extremaunción y hoy escribo ésta; el tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan y, con todo esto, llevo la vida sobre el deseo que tengo de vivir...».

Unos meses antes de su muerte, Cervantes tuvo una recompensa moral por sus penurias e infortunios económicos: uno de los censores, el licenciado Marques Torres, le envió una recomendación en la que relataba una conversación mantenida en febrero de 1615 con notables caballeros del séquito del embajador francés ante la corte Mariela: «Preguntáronme muy por menor su edad, su profesión, calidad y cantidad. Halléme obligado a decir que era viejo, soldado, hidalgo y pobre, a que uno respondió estas formales palabras: "Pues ¿a tal hombre no le tiene España muy rico y sustentado del erario público?". Acudió otro de aquellos caballeros con este pensamiento y con mucha agudeza: "Si necesidad le ha de obligar a escribir, plaga a Dios que nunca tenga abundancia, para que con sus obras, siendo él pobre, haga rico a todo el mundo"».

En efecto, ya circulaban traducciones al inglés y al francés desde 1612, y puede decirse que Cervantes supo que con el Quijote creaba una forma literaria nueva. Supo también que introducía el género de la novela corta en castellano con sus Novelas ejemplares y sin duda adivinaba los ilimitados alcances de la pareja de personajes que había concebido. Sus contemporáneos, si bien reconocieron la viveza de su ingenio, no vislumbraron la profundidad del descubrimiento del Quijote, fundación misma de la novela moderna.

Así, entre el 22 y el 23 de abril de 1616 murió en su casa de Madrid, asistido por su esposa y una de sus sobrinas; envuelto en su hábito franciscano y con el rostro sin cubrir, fue enterrado en el convento de las trinitarias descalzas, en la entonces llamada calle de Cantarranas. Hoy se desconoce la localización exacta de su tumba.

Las fuentes del arte de Cervantes como novelista son complejas: por un lado, don Quijote y Sancho son parodia de los caballeros andantes y sus escuderos; por otro, en ellos mismos se exalta la fidelidad al honor y a la lucha por los débiles. En el Quijote confluyen, pues, realismo y fantasía, meditación y reflexión sobre la literatura: los personajes discuten sobre su propia entidad de personajes mientras las fronteras entre delirio y razón y entre ficción y realidad se borran una y otra vez. Pero el derrotero de Cervantes, que acompañó tanto las glorias imperiales de Lepanto como las derrotas de la Invencible ante las costas de Inglaterra, sólo conoció los sinsabores de la pobreza y las zozobras ante el poder. Al revés que su personaje, él no pudo escapar nunca de su destino de hidalgo, soldado y pobre.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Biografias de Gente Famosa

Comienzo una nueva sección en esta locura de blog; en esta oportunidad tratare de hacerles llegar cada cierto tiempo una biografía de una personaje famoso en cualquier ámbito del quehacer humano, bien sea personajes históricos, músicos, proceres, científicos o artistas, como lo es la extraordinaria actriz con quien abro esta selección:


LA INOLVIDABLE BRIGITTE BARDOT

Brigitte Bardot nació un 28 de septiembre de 1934 en París. Hija de una familia de clase media, su padre era directivo de una empresa industrial y su mamá se dedicaba a organizar desfiles en una casa de modas; esto ayudó a la pequeña Brigitte a destacarse en las pasarelas, desde muy temprano.

Luego, en la adolescencia, Brigitte Bardot estudiaba en el Conservatorio Nacional de Danza con Boris Kniaseff. Apenas con 15 años conoció a un joven guionista y ayudante de dirección, Roger Vadim, con quien vivió su primer y apasionado amor. Fue una historia difícil la que vivieron los dos. Ella quería casarse antes de los 18 años y su padre se lo impidió. Se sabe que el día en que Roger fue a pedirle la mano, el padre de Brigitte lo esperó con un revólver en su escritorio y lo echó de su casa. Finalmente se casaron un 20 de diciembre de 1952 en el Registro Civil del distrito de Auteuil en París. Al año siguiente, ya era una estrella de moda.

Trabajó en la película Ladrones al claro de luna, polémica por sus escenas de desnudez. A ella siguieron películas como El gran seductor y Dichosa muchacha. A principios de los 60 ya cobraba cerca de un millón de francos para rodar su primer película protagónica, Y Dios creó a la mujer..., junto a su marido como director. Este film la consagró con muchísimo éxito, pero le acarreó grandes problemas en su vida matrimonial, lo que significó la ruptura con Vadim. Pero pronto se descubrió un romance muy breve y contradictorio con el protagonista de la película, Jean-Louis Trintignant, con quien convivió después de pedirle el divorcio a su marido.

Cuando tenía 45 años, la prensa francesa le contabilizaba 42 amantes. Entre estos podemos nombrar al cantante Gilbert Becaud (al dejarla por su esposa intentó suicidarse), el músico Sacha Distel o el actor Jacques Charrier (con quien se casó y tuvo un hijo el 11 de enero de 1960 llamado Nicholas). Al poco tiempo estuvo con el actor Sami Frey, por quien estuvo al filo de la muerte cuando se separaron, al igual que el mismo Sami, que intentó quitarse la vida. Muchos romances son los que formaron parte de su vida.

A los 39 años se retiró del cine. Para entonces había filmado más de 60 películas, y su figura entera había sido fotografiada unas 60 mil veces. Sus gestos, tan personales, estaban llenos de una sensualidad diferente, que no dejaba a nadie afuera; parecía buscar complicidad y picardías en el espectador. Su cuerpo hablaba en las fotografías, demostrando diversos mensajes continuamente.

Brigitte representó un movimiento hacia la libertad femenina que acaparó los años 60 en Francia. Pero claro, Brigitte sentiría un abismo de libertad que le producía manifestarse graciosa, simpática, hasta sensual, para no sentirse tan sola. Todo provenía de una gran necesidad de afecto, lleno de desgarradoras depresiones que ocasionalmente la llevaron a intentar varias veces quitarse la vida. Cuando cumplió 50 años dijo: "Lo difícil no es vivir; lo difícil es sobrevivir". Para entonces los animales llenaban su vida.

En 1962 accedió a contar su vida en televisión. Estallaron las mediciones de audiencia. El mito, pese a los años, no había muerto. Brigitte poseía en su casa, La Mandrague, en la costa del Mediterráneo, una colección de animales recogidos o comprados a sus expropietarios, que los maltrataban: un asno, siete perros, sesenta gatos, tres cabras... Hasta hace poco contribuían a paliar su soledad. "Sé lo que es vivir sin amor", dijo. "Sé lo que es necesitar que nos abracen, y despertar a solas en mi cuarto".

Hoy, con 67 años, ya no está sola por las noches. Disfruta de su último matrimonio con Bernard D'Ormale, un político de ideas discutidas en Francia; la protege de esa soledad aterradora que recorrió toda su vida y le ha devuelto las primaveras que creyó perdidas.