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sábado, 2 de enero de 2016

El olor de la lluvia sobre la tierra seca y otras 28 cosas que no sabías que tenían nombre

Hasta ahora, cada vez que te ponías a coser botones clavabas las agujas que no utilizabas en lo que tú llamabas “cojincico” o “la cosa esa de las agujas”. Gracias a esta lista, podrás usar el nombre correcto tanto de esta almohadilla (que es un acerico) como de otras 28 cosas imprescindibles para tu vida diaria o para tus partidas de Scrabble, como la espuma de la cerveza o ese maravilloso olor que deja la lluvia después de caer en un lugar seco.

1. Acerico. Almohada pequeña. Y también la almohadilla que sirve para clavar alfileres o agujas.
2. Agrafe. Pieza de metal para sujetar el cierre de botellas y frascos. Por ejemplo, el alambre y la chapa de las botellas de cava.
3. Ampersand. El signo &.

4. Ápice. Acento o cualquiera de los signos que se colocan sobre las letras, como el punto de las íes. Eso sí, el acento de la eñe se llama virgulilla.

5. Carúncula. La cresta de gallos y pavos.

6. Crencha. Raya del pelo y cada una de las partes en las que la crencha divide el cabello.

7. Criptomnesia. Fenómeno que consiste en creer que se te acaba de ocurrir algo que en realidad sólo lo estabas recordando, aunque no recuerdes que ya lo sabías. Por ejemplo, cuando plagias involuntariamente un tuit.

8. Diastema. Espacio entre los dientes. Estuvo de moda durante siete segundos porque todo ha estado de moda alguna vez. O lo estará. Recordad, por ejemplo, los bigotes.

9. Estepicursor. El matojo rodante típico de las películas del oeste o de cuando cuentas un chiste en un bar. También se llama rodamundos, sorrasca, calamino, boja, salicón, salicor, salicornio, salicornia, barrilla, corredora del desierto, bola del oeste, apretaculos, capitana, malvecino, alicornio, cardo ruso, planta rodadora, bruja, chamizo, cachanilla, maromera, salsola, y rodadora.

10. Filtrum. Surco subnasal, es decir, la ranura situada debajo de la nariz y encima de los labios.

11. Fosfenos. Las manchas luminosas que se ven al frotar los párpados.

12. Ginecomastia. Man boobs.

13. Giste. La espuma de la cerveza. Ejemplo de uso cotidiano: “¿Sabías que la espuma de la cerveza se llama giste?”

14. Guedeja. Cabellera larga y también la melena del león.

15. Herrete. Cada una de las puntas de plástico o metal de los cordones.

16. Jeme. Distancia que hay desde la punta del pulgar a la del índice, separando el uno del otro todo lo posible. Unidad de medida equivalente a “un cacho así”.

17. Lemniscata. Curva plana de forma semejante a un 8. Es el término correcto del símbolo de infinito.

18. Lúnula. El espacio blanquecino semilunar de la raíz de las uñas.

19. Óbelo. Signo de división. El de multiplicar es una más común “aspa”.

20. Petricor. El olor de la lluvia en sitios secos.

21. Pie de Morton o pie griego. Cuando el segundo dedo del pie es más largo que el gordo. (¿Estas personas son alienígenas infiltrados? Este sería otro debate).

22. Quincunce. Disposición como la figura de un cinco en un dado, con cuatro puntos formando un rectángulo y otro punto en el centro.

23. Recazo. La parte del cuchillo opuesta al filo.

24. Sangradura. La parte hundida del brazo opuesta al codo.

25. Telson. La cola de los crustáceos. Ejemplo: “¿Tú te comes el telson de los langostinos? Yo sí. Soy un poco bruto”.

26. Tenesmo. Ganas frecuentes de ir al baño.

27. Vagido. Gemido o llanto del recién nacido.

28. Virola. Es una abrazadera de metal que se coloca en algunos instrumentos, incluyendo la anilla metálica que une el lápiz con la goma de borrar y la punta de un paraguas, por ejemplo. No confundir con “vitola”.

29. Vitola. La anilla de los cigarros puros.

Crédito:  Fuente: verne.elpais.com

23 palabras que puedes aprender ahora mismo para parecer más culto

Lo diré pronto: el idioma es como el amor. Se hace. O para decirlo de otro modo: se construye; y para bien o para mal lo construimos entre todos. Nuestra, exclusivamente nuestra, es la responsabilidad de acariciarlo y brizarlo (acunarlo) o de maltratarlo y triturarlo. Lo digo por la inveterada costumbre española del ‘que inventen ellos’ o de escurrir el bulto criticando y aun critiquizando (abusando de la crítica) a nuestra tricentenaria y benemérita Real Academia Española (la única de las reales academias así adjetivada, por cierto).
Nuestro diccionario ¿es sexista, racista, misógino? El pan no engorda: engordas tú. Las palabras no son sexistas, racistas o misóginas: lo eres tú. Con las palabras seducimos y hasta conseguimos una hipoteca, pero también zaherimos. Imagino nuestro DRAE como un cajón del que entran y salen palabras siendo nosotros, los hablantes, quienes con nuestro uso o desuso fijamos su suerte: entre la primera y la última edición hay una diferencia de más de 50.000 palabras: muchas nacen y muchas mueren: nosotros las traemos al mundo, nosotros las condenamos al olvido
Es verdad que a veces la Española anda remisa u olvidadiza para incluir términos de uso más que común, cosa que, como no podía ser de otra manera, poco importa al hablante (citemos algunas palabras que no aparecen en el diccionario, pero están presentes en nuestro lenguaje habitual: madridistachuchericachóncornalada) y que otras veces encontramos palabras hijas de su tiempo, de una sociedad que –espero- ya no somos (periquearhazana). Y también nos topamos con palabras (condenadas a desaparecer, cierto) tan absurdas comopasagonzalobuzcorona o clinero; o con definiciones hilarantes del tipo de capetonada: vómito violento que ataca a los europeos que pasan la zona tórrida o ajear: dicho de una perdiz: Repetir, como quejándose, aj, aj, aj, cuando se ve acosada.
Tengo la impresión de que estamos dentro de un círculo vicioso: leemos mal, escuchamos mal, escribimos mal y hablamos mal. Un vocabulario escaso nos aboca a un pensamiento romo. Opino como San Juan: al principio fue el verbo. Y a diferencia de Gandhi creo que si cuidas tus palabras cuidarás tu pensamiento.
Puedes comenzar cuidando estas 23.
1. Apotropaico, ca. Dicho de un rito, de un sacrificio, de una fórmula, etc.: Que, por su carácter mágico, se cree que aleja el mal o propicia el bien.
2. Bienquisto, ta. De buena fama y generalmente estimado.
3. Cerúleo, a. Dicho del color azul: Propio del cielo despejado, o de la alta mar o de los grandes lagos.
4. Decumbente. Persona que yace en la cama o la guarda por enfermedad. Llegó tarde al colegio porque estaba decumbente y se quedó albanado (dormido).
5. Egresar. Salir de alguna parte. Aunque todos ingresamos de vez en cuando en algún sitio, no nos atrevemos a egresar y preferimos simplemente salir.
6. Filis. Habilidad, gracia y delicadeza en hacer o decir las cosas.
7. Glabro, bra. Calvo, lampiño. Como el glabro de la lotería.
8. Hebdómada. Espacio de siete años. Las setenta hebdómadas de Daniel. También, semana.
9. Íncola. Habitante de un pueblo o lugar.
10. Jingoísmo. Patriotería exaltada que propugna la agresión contra otras naciones.
11. Leticia. Alegría, regocijo, deleite. Y letífico: que alegra.
12. Morigerado, da. Bien criado, de buenas costumbres.
13. Nesciencia. Ignorancia, necedad, falta de ciencia.
14. Ojizarco, ca. Que tiene los ojos azules.
15. Prónuba. Madrina de boda.
16. Quirurgo. Cirujano.
17. Regolaje. Buen humor, buen temple de una persona.
18. Satis. Vacación, especialmente de estudiantes.
19. Tribadismo. Lesbianismo.
20. Uxoricidio. Muerte causada a la mujer por su marido.
21. Vagido. Gemido o llanto del recién nacido.
22. Yactura. Quiebra, pérdida o daño recibido.
23. Zurupeto. Intruso en la profesión notarial. Corredor de bolsa no matriculado.
Fuente: verne.elpais.com