La guerra más corta de la historia fue la que enfrentó al Imperio Británico contra el gobierno de la isla de Zanzíbar, en África, el 27 de agosto de 1896. Aquella guerra, más bien una batalla, duró tan sólo 45 minutos, el tiempo que tardaron los ingleses en desplegar tres cruceros, dos navíos de guerra, 150 soldados de infantería marina y 900 soldados autóctonos para solucionar el conflicto.
La Guerra Anglo-Zanzibariana tuvo en su origen un problema sucesorio. Tras la muerte del sultán pro-británico Hamad bin Thuwaini, los ingleses quisieron colocar a otro candidato favorable a sus intereses, Hamud bin Muhammed, pero el que tomó el poder con un golpe de estado fue Khalid bin Bargash, primo de Thuwaini.
Los británicos respondieron a la afrenta lanzando un ultimátum a Khalid para que abandonara el palacio ocupado, pero éste hizo caso omiso y se atrincheró en el interior del mismo rodeado de su guardia real.
Expirado el plazo marcado, tuvieron lugar las hostilidades -bombardeo palaciego incluido-. 45 minutos fueron suficientes para dar por terminada la guerra más corta de la historia. ¿El balance? 500 muertos en las filas del sultán insurrecto y un marinero británico herido.
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