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martes, 31 de agosto de 2010

La Piedra del Trueno

Fíjense ustedes en la enorme piedra que sirve de pedestal a la estatua ecuestre de Pedro I El Grande en San Petersburgo. A ese descomunal trozo de sólido granito de una sola pieza se le conoce con el nombre de “La Piedra del Trueno” y  ostenta un récord que no es para tomárselo a la ligera ;-) .
Con sus 1.500 toneladas de peso y los más de seis kilómetros que la separan de su emplazamiento original, es la piedra más grande jamás movida por el ser humano.
Erigir tan colosal monumento fue una tarea titánica que se alargó durante catorce años (1768 – 1782). Sólo en hacer la estatua de bronce de 7m. de alto se tardó doce años, pues durante el primer fundido se rompió el molde en el que se estaba vertiendo el metal provocando un incendio en las instalaciones y obligando a repetir de nuevo todo el proceso.

Detalle de la estatua de bronce.
Pero para trabajo arduo de verdad, el que se realizó con el pedestal, la gran roca que parece una gigantesca ola sobre la que cabalga el Zar.

El ciclópeo trozo de granito se hallaba a 6 kilómetros de San Petersburgo tierra adentro y su nombre le venía dado por una leyenda que decía que un rayo había impactado sobre la roca desprendiendo un cacho y dándole una forma característica.
Grabado donde se muestra la extracción del bloque.
Para comenzar a moverla primeramente se excavó a su alrededor para liberarla del terreno. Después se dejó avanzar el invierno para aprovechar el endurecimiento del terreno por congelación y la roca se instaló sobre una especie de raíles dobles que se apoyaban sobre unas esferas de bronce de 13,5cm. de diámetro, usando un principio similar al de los rodamientos.
Estos raíles eran de unos cien metros y se disponía de dos pares, así cuando la roca se encontraba sobre uno de ellos se instalaban los siguientes delante y así sucesivamente durante todo el recorrido.

Detalle del sistema de raíles y bolas.
En terreno llano y sin complicaciones se avanzaban unos 150 metros al día. En total, para hacer el recorrido, se necesitaron 9 meses y 400 hombres que hacían girar dos grandes cabestrantes que era lo que tiraba del conjunto.
Hay que destacar que toda la operación se realizó sin usar en ningún momento tracción animal o mecánica y se hizo únicamente a golpe de fuerza humana. Si además, tenemos en cuenta que entre ellos no se encontraba ningún vasco, la proeza es aún más sorprendente si cabe.
Pero aquí no se acaba la cosa. Tras arrastrarla penosamente durante esos seis kilómetros, se llegó a la orilla del mar. Allí la gran piedra, no sin complicaciones, se embarcó en una barcaza especial construida para tal efecto a la que  se le tuvo que acoplar a ambos lados dos barcos de guerra para darle mayor estabilidad. Y así, de esta guisa,  la gran mole pudo al fin llegar a su destino.
Y se estarán preguntando ustedes.. ¿Qué pudo empujar  a un montón de hombres para que hicieran semejante demostración de fuerza?
Lo han adivinado… Una mujer.

La iniciativa del proyecto partió de Catalina La Grande y de ella fue también la idea (calificada de “capricho” por la mayoría) de mover la piedra en bruto en vez de esculpirla in situ y luego trasladarla. De esta manera  -dijo la emperatriz-  será un mayor logro para  Rusia.
El caso es que Catalina La Grande, al no tener derecho legal al trono, deseaba a toda costa ser relacionada con Pedro El Grande y ganar legitimidad ante al pueblo por lo que ordenó el levantamiento de la estatua y en la que hizo grabar a ambos lados (en un lado en latín y en el otro en ruso)


Catalina Segunda a Pedro Primero
1782

La inauguración fue en plan “show” donde se abre una especie de caja que ocultaba el monumento al tiempo que los soldados disparan salvas..
1782 fue la fecha de su inauguración y desde entonces, a pesar de revoluciones, guerras (dos de ellas mundiales)
Protegiéndola de los bombardeos nazis en la II Guerra mundial
y las vicisitudes de más de 200 años, la estatua ecuestre de Pedro I El Grande todavía puede contemplarse en la Plaza del Senado de San Petersburgo en Rusia.

Más en:
La Piedra del trueno (Wiki español)

lunes, 5 de julio de 2010

Valientes en primera línea del frente

Independientemente de sus ideologías, llevaron a cabo algunas de las acciones más heroicas de la guerra.
Estos son algunos de los verdaderos protagonistas de la contienda:
  • VASSILI ZAITSEV

    El mito de la resistencia rusa. Entre la leyenda y la realidad, el francotirador más famoso del mundo alentó a sus camaradas en la batalla de Stalingrado ejecutando desde las sombras a entre 150 y 250 alemanes. Uno de ellos, Heinz Thorwald, director de la escuela de francotiradores de Zossen, enviado para abatir a Zaitsev. El duelo definitivo tuvo lugar en una fábrica cercana a la colina del Mamaev Kurgan. Escondido, Thorwald delató su posición con un certero disparo cuando el ayudante de Zaitsev levantó su casco. Al levantar su cabeza fue abatido por el galardonado Héroe de la URSS.

  • GÜNTHER PRIEN

    La batalla del Atlántico se libró entre las 'manadas de lobos' de los submarinos alemanes y los destructores británicos que protegían los convoyes llegados desde ultramar. Pero algunas acciones aisladas pasarían a la Historia por su osadía. Al mando del U-47, Günther Prien se adentró bajo el manto de la noche en la base de Scapa Flow, Escocia, principal enclave de la flota británica gracias a su lejanía del continente. Allí hundió por sorpresa el acorazado HMS Royal Oak, logro por el que recibió la Cruz de Hierro de manos de Hitler. En 1941 moriría junto a los 45 hombres de su tripulación en una patrulla.

  • MICHAEL WITTMAN

    El joven Wittman luchó prácticamente en todos los frentes abiertos por Alemania al mando de distintos carros de combate, de Polonia a Francia, en 1944. Fue en Rusia donde cobró protagonismo al enfrentarse en varias ocasiones a escuadras de tanques que superaban ampliamente su número, destruyendo en alguna escaramuza media docena de T-34. Murió cerca de Caen sin haber cumplido los 30. La torreta de su Tiger saltó por los aires, no se sabe si por un ataque aéreo o por el disparo de otro tanque. Su Cruz de Caballero con Espadas coronó una lista de cientos de carros y cañones destruidos.

  • ERICH HARTMANN

    El 'Diablo Negro' abatió 352 aviones durante la Segunda Guerra Mundial, cifra que le encumbró como el mayor as de la contienda. Todos sus derribos tuvieron lugar en el frente del Este, donde lideró la Jagdgeschwader 52 (JG52), una de las unidades más célebres de la guerra. Su apodo, puesto por los rusos por la pintura negra del morro de su BF-109, hizo de él una celebridad y chivo expiatorio de Moscú al acabar la guerra. Entregado por los aliados, pasó 10 años en el Gulag antes de ser liberado. Muerto en 1993, cuatro años después Rusia reconoció que su juicio fue ilegal.

  • RICHARD WINTERS

    El protagonista de la serie 'Hermanos de Sangre', miembro de la compañía Easy, tomó el mando de sus hombres el primer día de la batalla de Normandía por la muerte de su superior en la ofensiva aerotransportada de la 101. Una de sus primeras acciones fue la conocida como 'Asalto a Brécourt Manor', donde tomó varios cañones de 105 mm. en un ataque que aún se estudia en las academias estadounidenses. Después combatió en la operación Market Garden y en la defensa de Las Ardenas. No recibió la Medalla de Honor pese a su fama.

  • OTTO SKORZENY

    'Cara Cortada' fue uno de los miembros más notorios de las SS, y no sólo por las cicatrices de su cara, provocadas por la afición a la esgrima del austriaco. Experto en acciones de comandos, en 1943 Hitler lo eligió para liberar a Mussolini. Ante la peligrosidad de la misión, Skorzeny ideó un asalto con paracaidistas. Fue todo un éxito, y después fue elegido para otras operaciones como asesinar al líder de los partisanos yugoslavos, Tito, en la que sí fracasó, e infiltrar cientos de soldados falsos entre los aliados. Pasó el resto de su vida contando sus hazañas exiliado en Mallorca. Murió en Madrid en 1975.

  • JOHN BASKEYFIELD

    La operación Market Garden fue un sonoro fracaso de Montgomery para intentar alcanzar Alemania antes de navidades de 1944 mediante la toma de un corredor con tropas aerotransportadas. Uno de sus héroes fue John Baskeyfield, quien recibió la Cruz de la Victoria por su desesperada acción en Oosterbeek. Allí, herido gravemente, operó sólo un cañón antitanque, dejando acercarse a menos de 100 metros a dos Tiger y un cañón autopropulsado para destruirlos. Después fue abatido.

  • HIROO ONODA

    Un personaje representativo del síndrome Kachigani, igual que Shoichi Yokoi. Onoda luchó en la isla filipina de Lubang, donde se internó en la selva al ser ocupada por los estadounidenses. Desaparecido en combate, fue hallado por un turista japonés en 1974, quien intentó convencerle de que la guerra había acabado. Cabezón y sensible al sentido del honor, dijo que sólo un superior le podía ordenar volver a casa, así que su antiguo jefe, convertido en librero, tuvo que volver a la isla para que se incorporase a la vida civil.

  • DAVID NIVEN

    El 'gentleman' y memorable actor británico sirvió a su país como comando durante la IIGM. Nunca habló mucho del tema por respeto a las decenas de miles de compañeros suyos que murieron en Normandía y Las Ardenas, aunque su papel en la guerra fue crucial: introdujo a Sir Robert Edward Laycock en los comandos (SAS), siendo éste uno de los grandes líderes de este cuerpo con importantísimas misiones en el Mediterráneo, como el intento de asesinato de Rommel. Niven, por su parte, fue miembro de la Unidad Fantasma organizada por Eisenhower para conocer el despliegue alemán en Francia.

  • Yakov Pavlov

    Otro distinguido Héroe de la Unión Soviética. Líder de una sección de reconocimiento, tomó unos edificios de viviendas en Stalingrado en septiembre de 1942 y resistió los ataques alemanes hasta la liberación de la ciudad a principios de 1943. Orden de Lenin y más medallas más, la 'Casa Pavlov' es un escenario típico de juegos y películas de la Segunda Guerra Mundial.

  • JUAN PUJOL GARCÍA

    Si el espía Richard Sorge fue clave para que la Unión Soviética no temiese un ataque japonés, este barcelonés harto de los autoritarismos fue vital en el éxito del desembarco de Normandía. Combatiente republicano, desertó al bando de Franco, y poco tardó en repudiar también a los 'nacionales'. 'Garbo' se ofreció entonces a la embajada británica de Lisboa para espiar a los alemanes, siendo el agente doble que convenció a Hitler de que los Aliados desembarcarían por Calais, a 250 km. de Normandía, gracias a una red de 27 agentes imaginarios. La 'operación Fortaleza' fue la mayor mentira de la guerra.

  • GUNTHER LUTJENS

    «Hundid el Bismarck». El acorazado de 42.000 toneladas logró en 1941 lo que no había hecho una flota entera antes: poner en jaque a la Royal Navy. Su misión, una correría de tres meses por el Atlántico Norte. Su primer combate, contra el HMS Hood, la joya de la corona del enemigo. En tres minutos lo partió en dos, aunque ello le hizo morir de éxito. Herido por tres impactos y con poco combustible, su capitán Lindemann se mostró a favor de volver a Alemania, pero el almirante Lütjens obedeció a las presiones de Berlín y continuó la patrulla. Sobrevivieron 115 de 2.200 hombres al ser interceptados. 

  • DOUGLAS BADER

    'Piernas de hojalata' Bader se apuntó una treintena de victorias en la batalla de Inglaterra... combatiendo con piernas ortopédicas. El piloto perdió sus dos miembros al estrellarse durante unas acrobacias en 1931, hecho que no le impidió superar una prueba para volver al Ejército en 1939. En 1940 sufrió otro accidente que hubiera supuesto amputarle las piernas, pues sus prótesis quedaron desfiguradas bajo los mandos del avión. Cuando fue capturado por los alemanes en 1941, el as alemán Adolf Galland permitió que un avión británico les lanzase en paracaídas unas prótesis nuevas.

martes, 8 de junio de 2010

Francia, activa el superordenador Tera 100

tera100
TERA-100 es un superordenador diseñado y fabricado por la francesa Bull SA y el Departamento de Aplicaciones Militares del Comisionado francés de la Energía Atómica y Energías Alternativas (CEA). Este es el primer superordenador de escala petaflops (1000 billones de operaciones por segundo) diseñado y desarrollado en Europa y en la actualidad, la supercomputadora más potente de Europa y está considerada entre las 3 principales supercomputadoras del mundo.
Se compone de 140.000 Core Intel Xeon 7500 y una memoria central de 300 terabytes de memoria RAM y 4.300 servidores bullx S Series, con 140.000 cores Intel Xeon de la familia 7500, y una capacidad total de almacenamiento de 20PB. Además, su rendimiento de 500GB/seg, es un récord mundial para un sistema de este tipo.
En la práctica, puede llevar a cabo más operaciones en 1 segundo que las que toda la población mundial sería capaz de realizar en 48 horas y El equipo se utilizará para simular armas nucleares permitiendo al ejército francés garantizar la fiabilidad de sus armas de disuasión nuclear sin necesidad de poner en marcha pruebas en vivo.

domingo, 23 de mayo de 2010

Estatua de la Libertad , así se construyo

"La libertad iluminando el mundo" (Liberty Enlightening the World), conocida como la Estatua de la Libertad (Statue of Liberty en inglés, Statue de la Liberté en francés), es uno de los monumentos más famosos de Nueva York, de los Estados Unidos y de todo el mundo. Se encuentra en la isla de la Libertad al sur de la isla de Manhattan, junto a la desembocadura del río Hudson y cerca de la isla Ellis.






La Estatua de la Libertad fue un regalo de los franceses a los estadounidenses en 1886 para conmemorar el centenario de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y como un signo de amistad entre las dos naciones. Fue inaugurada el 28 de octubre de 1886 en presencia del presidente estadounidense de la época, Grover Cleveland.





La estatua es obra del escultor francés Frédéric Auguste Bartholdi y la estructura interna fue diseñada por el ingeniero Gustave Eiffel. El arquitecto francés Eugène Viollet-le-Duc, estuvo encargado de la elección de los cobres utilizados para la construcción de la estatua. Desde el 15 de octubre de 1924, la estatua forma parte de los lugares históricos nacionales de Estados Unidos y desde 1984 está considerada Patrimonio de la Humanidad, según la Unesco.






La Estatua de la Libertad, además de ser un monumento importante en la ciudad de Nueva York, se convirtió en un símbolo en Estados Unidos y representa, en un plano más general, la libertad y emancipación con respecto a la opresión. Desde su inauguración en 1886, la estatua fue la primera visión que tenían los inmigrantes europeos al llegar a Estados Unidos tras su travesía por el océano Atlántico.

En términos arquitectónicos, la estatua recuerda al famoso Coloso de Rodas, una de las "siete maravillas del mundo". Fue nominada para las "nuevas maravillas del mundo", donde resultó finalista. El nombre asignado por la Unesco es "Monumento Nacional Estatua de la Libertad". Desde el 10 de junio de 1933 se encarga de su administración el Servicio de Parques Nacionales de los Estados Unidos.






El jurista y político francés, autor de Paris en Amérique, Édouard Laboulaye, tuvo la idea de que Francia ofreciera un presente a Estados Unidos como un obsequio para la conmemoración del centenario de la independencia estadounidense, como recuerdo de la larga amistad entre ambos países y para garantizar la alianza franco-estadounidense.





En esa época, Estados Unidos acababa de salir de la guerra civil que duró de 1861 a 1865 y el país estaba en medio de la reconstrucción. Bartholdi fue contratado para diseñar una estatua, que debería acabarse en 1876, fecha del centenario de la independencia estadounidense. En 1870, Bartholdi talló el primer esbozo en terracota y un modelo a escala, que actualmente se encuentra en el Musée des Beaux-Arts de Lyon. Ese mismo año, Francia entró en guerra con Prusia y tuvo que parar el proyecto. El 10 de mayo de 1871, Francia tuvo que ceder el territorio de Alsacia-Lorena al Imperio Alemán.

La opinión pública y el gobierno francés se sintieron decepcionados por la simpatía de los Estados Unidos hacia los alemanes, que contaban con un número importante de residentes en suelo americano. El proyecto volvió a ser parcialmente paralizado a causa de los problemas políticos de la Tercera República, que todavía era considerada por muchos como un arreglo "temporal" y que tenían la esperanza de un retorno de la monarquía. La idea de ofrecer una representación de libertad en una república hermana para Francia, al otro lado del Atlántico, desempeñó un papel importante en la lucha por el mantenimiento de la república francesa.

En junio de 1871, Bartholdi viajó a Estados Unidos. Durante el viaje, escogió la isla de Bedloe, (llamada posteriormente la "isla de la Libertad" como ubicación de la estatua y también trató de conseguir seguidores al otro lado del Atlántico. El 18 de julio de 1871, se reunió con el presidente de aquel entonces Ulysses S. Grant, en Nueva York.






Existen diversas hipótesis de los historiadores sobre el modelo que pudo haberse utilizado para determinar la cara de la estatua, aunque ninguna de ellas es realmente definitiva hasta el momento. Entre las posibles inspiraciones para la cara de la estatua se encuentra Isabella Eugenie Boyer, viuda del millonario del mundo de la moda, Isaac Singer.

Según otras fuentes, Bartholdi se habría inspirado en el rostro de su madre, Charlotte Bartholdi (1801-1891), y es la hipótesis más considerada hasta el presente. La revista National Geographic apoyó esta posibilidad, indicando que el escultor nunca explicó ni desmintió esta semejanza con su madre. Otras versiones sostienen que Bartholdi habría querido reproducir el rostro de una niña encaramada en una barricada sosteniendo una antorcha, al día siguiente del golpe de estado de Napoleón Bonaparte. Tal vez simplemente realizó una síntesis de varias caras femeninas, con el fin de dar una imagen neutra e impersonal de la Libertad.






Durante una visita a Egipto, Bartholdi tuvo que hacer un trabajo en el Canal de Suez. Este proyecto se inició bajo la dirección del empresario y diplomático francés Ferdinand de Lesseps, que posteriormente se convirtió en uno de sus mejores amigos. Bartholdi imaginó un gran faro, que se encontraría en la entrada del canal, el cual señalaría las rutas. El faro fue ideado como la imagen con apariencia clásica (estola, sandalias, expresión facial) de la diosa Libertas de la mitología romana, divinidad de la libertad.

Se pretendía que la luz del faro brillara a través de una venda colocada alrededor de la parte superior del faro, y surgió la idea de una antorcha mantenida en el aire, hacia el cielo. Barthold presentó el proyecto al jedive Ismail Pasha en 1867 y nuevamente en 1869, pero el proyecto nunca fue aprobado. Los dibujos del proyecto titulado "Egipto lleva la luz a Asia", se asemejan en gran medida a la Estatua de la Libertad, aunque Bartholdi aseguró que el monumento de Nueva York no era una reutilización, sino una obra original.







Por mutuo acuerdo entre Francia y Estados Unidos, este último llevaría a cabo la construcción de la base del monumento, mientras que Francia se encargaría de la construcción de la estatua y de su posterior ensamblaje una vez que las piezas se transportaran a suelo americano. Sin embargo, surgieron problemas financieros a ambos lados del Atlántico.

En Francia, la campaña para la promoción de la estatua comenzó en otoño de 1875. Fue la fundación en 1874 de la llamada Unión Franco-Americana, la que se hizo cargo de organizar la recaudación de fondos para la construcción del monumento. Todos los medios de la época se utilizaron para ese propósito: artículos en la prensa, espectáculos, banquetes, impuestos, loterías, etc. Varias ciudades francesas, el Consejo General, la cámara de comercio, el Gran Oriente de Francia y miles de particulares hicieron donaciones para la construcción de la estatua. Hubo un número total de 100.000 donadores. Antes de que finalizara el año 1875, los fondos ascendían a un total de 400.000 francos, pero el presupuesto se incrementó posteriormente hasta 1.000.000 de francos de la época. No fue hasta 1880 que se recogieron el total de los fondos en Francia. Mientras tanto, en Estados Unidos, se hicieron presentaciones teatrales, exposiciones de arte, subastas, así como combates de boxeo profesional para recaudar fondos para la construcción.






Mientras tanto, en Francia, Bartholdi buscó un ingeniero para que se encargara del diseño de la estructura interna de la estatua, en cobre. Gustave Eiffel fue contratado para llevar a cabo dicha labor, además de crear una torre interna que soportara la estatua y diseñar un esqueleto secundario interno que permitiera que la «piel» de cobre se mantuviera en posición vertical. Las piezas de cobre fueron construidas en los talleres de la empresa Gaget-Gauthier, en 1878. Las planchas de cobre fueron una donación de Pierre-Eugene Secrétan. Los trabajos de precisión se encargaron al ingeniero Maurice Koechlin, hombre de confianza de Eiffel, con el que también había trabajado en la construcción de la Torre Eiffel.

Bartholdi tenía la esperanza de que la estatua estaría completada y montada para el 4 de julio de 1876, fecha del centenario de la independencia de Estados Unidos. Hubo una demora en el inicio de la construcción y, a continuación, algunos problemas durante el período de construcción retrasaron la obra: el yeso de la mano se rompió en marzo de 1876. Esta última, con parte del brazo, se expuso en septiembre de 1876 en la Exposición del Centenario de Filadelfia. Los visitantes pudieron subir una escalera que conducía al balcón situado en torno a la antorcha pagando sólo 50 centavos. Fotografías, carteles y modelos de la estatua fueron vendidos durante la exposición. El dinero recaudado se usó para completar los trabajos. Dos años más tarde, en junio de 1878, la cabeza de la estatua fue mostrada al público en los jardines del Campo de Marte con ocasión de la Exposición Universal de París, donde los visitantes podían entrar en la cabeza y subir hasta la corona usando una escalera de 43 metros.






El 18 de febrero de 1879, Bartholdi obtuvo en Estados Unidos la patente para el monumento, con el número D11.023. La patente también especificaba que el rostro de la estatua tenía "rasgos clásicos, pero al mismo tiempo se encuentra seria y tranquila" …, y ligeramente inclinada hacia la izquierda para descansar sobre la pierna izquierda, con toda la figura que permanece en equilibrio.
La estatua se encuentra situada en la isla de la Libertad en el puerto de Nueva York. Originalmente a la isla se la conocía como isla de Bedloe, y sirvió como una base militar. En ella se alojó el fuerte Wood, un antiguo bastión de artillería construido en granito y cuyos cimientos en forma de estrella de once puntas, sirvieron de base para la construcción del zócalo de la estatua.






La elección del terreno y su obtención requirieron de varios pasos. En 1887, el Congreso de los Estados Unidos dio su aprobación para la construcción de la estatua y el general W. T. Sherman fue nombrado para designar el terreno donde se construiría el monumento. Éste escogió como emplazamiento la isla de Bedloe. Quince años antes de la inauguración, Bartholdi ya había previsto la construcción del monumento en la isla de Bedloe, fascinado por la juventud y promesas de libertad de esa nación y la imaginó orientada hacia su continente de origen, la Europa que acogía e iba a continuar acogiendo a los inmigrantes. No fue sino hasta 1956, que el Congreso de Estados Unidos decidió un cambio de nombre de la isla Bedloe por el de Liberty Island "isla de la libertad".
La realización de la inmensa base de la estatua había sido confiada por Bartholdi a los estadounidenses, mientras que los franceses asumieron la construcción de la estatua y su correspondiente montaje.






La recaudación de fondos para llevar a cabo la construcción de la base en Estados Unidos, se encontraba bajo la responsabilidad del Fiscal General, William M. Evarts. Dado que la construcción avanzaba muy lentamente, Joseph Pulitzer (famoso por el premio que lleva su nombre) aceptó poner a disposición de los responsables de la construcción las primeras páginas del New York World, y llevó a cabo una gran campaña de publicidad para recaudar fondos. El diario también fue utilizado para criticar a las clases altas, mostrando su incapacidad para recaudar los fondos necesarios, así como las clases medias, que contaban con los más ricos para hacerlo.

Las duras críticas del periódico tuvieron un impacto positivo, fomentando a los donantes privados a incrementar sus aportaciones y proporcionando al mismo tiempo publicidad al periódico, ya que se registraron unos 50.000 nuevos abonados durante este período.

Los fondos necesarios para la construcción del sótano diseñado por el arquitecto estadounidense Richard Morris Hunt y realizado por el ingeniero Charles Pomeroy Stone, se reunieron en agosto de 1884. La primera piedra del pedestal fue colocada el 5 de agosto de 1884, mientras que la base, en su mayoría compuesta por piedra de Kersanton, fue construida entre el 9 de octubre de 1883 y el 22 de agosto de 1886.






Cuando se colocó la última piedra del monumento, los albañiles cogieron varias monedas de sus bolsillos, y las echaron en el mortero. Los participantes en la ceremonia dejaron sus tarjetas de visita, medallas y periódicos en un pequeño cofre de bronce, y lo depositaron en el zócalo.

En el corazón del bloque que compone la base, dos series de vigas la unen directamente con la estructura interna diseñada por Gustave Eiffel de manera que la estatua forme un todo con su pedestal. La piedra que compone la base de la Estatua de la Libertad proviene de las canteras de una aldea de Francia, Euville en el departamento de Mosa, famosa por la blancura de su piedra y por sus cualidades de resistencia a la erosión y al agua de mar.

Las distintas partes de la estatua fueron terminadas en Francia en julio de 1884. La estatua recibió hasta entonces múltiples visitas, como la del presidente de la república francesa Jules Grévy y el escritor Victor Hugo. El desmontaje comenzó en enero de 1885.

La estatua fue enviada a Ruán en tren, luego bajó el Sena en barco, antes de llegar al puerto de El Havre. El monumento llegó a Nueva York el 17 de junio de 1886, a bordo de la fragata francesa Isère, y recibió una acogida triunfal por parte de los neoyorquinos. Para hacer posible la travesía por el Atlántico, la estatua fue desmantelada en 350 piezas, divididas en 214 cajas, teniendo en cuenta que el brazo derecho y su llama estaban ya presentes en suelo americano, donde habían sido expuestos en la Exposición del Centenario de Filadelfia y luego en Nueva York. 36 cajas fueron reservadas para las tuercas, los remaches y los pernos necesarios para la ensambladura. Una vez llegada a su destino, la estatua fue ensamblada en cuatro meses, sobre su nuevo pedestal. Las diferentes piezas fueron unidas por remaches de cobre y el vestido permitió resolver los problemas de dilatación.

El 28 de octubre de 1886, la Estatua de la Libertad fue inaugurada en presencia del presidente estadounidense de la época, Grover Cleveland, antiguo gobernador del estado de Nueva York, delante de 600 invitados y millares de espectadores. Frédéric Desmons, por entonces vicepresidente del Senado, representó a Francia durante la inauguración. Ferdinand de Lesseps y numerosos francmasones estaban también presentes. El monumento representaba así un regalo que celebraba el centenario de la independencia estadounidense, aunque entregado con diez años de retraso. El éxito del monumento creció rápidamente: en las dos semanas que siguieron a la inauguración, cerca de 20.000 personas se habían presentado para admirarlo. La frecuentación del sitio pasó de 88.000 visitantes al año, a un millón en 1964 y a tres millones en 1987.

La estatua funcionó como faro entre la fecha de su montaje y 1902. En aquella época, la "U.S. Lighthouse board" estaba encargada de asegurar su funcionamiento. Se había asignado un guardián del faro a la estatua y el poder de su haz luminoso era tal, que era visible a una distancia de 39 kilómetros. Se instaló un generador eléctrico en la isla con el fin de suministrar potencia a la estructura.





lunes, 12 de abril de 2010

Los 50 Pueblos mas bellos de España



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viernes, 5 de febrero de 2010

Derecho Comunitario CUNEF

E

LENGUAS

TRADUCCIÓN E INTERPRETACIÓN
(espa
Muchas veces se confunde traducción con interpretación pese a que el traductor trabaja siempre con textos escritos y el intérprete vierte a otro idioma las expresiones orales de una persona. Muchas traducciones son practicas; (por ejemplo: manuales, informes oficiales o financieros) y otras son literarias (por ejemplo: poesía, novelas, ensayos…). En función del tipo de texto, la traducción puede requerir conocimientos técnicos de alguna materia o aspectos de carácter estilístico.

Debido a la globalización y a la rapidez del desarrollo tecnológico hace que la necesidad de traducir no haya desaparecido. La traducción automática puede dar al lector una vaga idea del significado de un texto escrito en un idioma que desconoce. Pero una buena traducción debe tener en cuenta el contexto, la estructura, las reglas gramaticales, y el estilo entre otras cosas. En las instituciones europeas se traducen textos jurídicos, políticos, y administrativos cuya forma y contenido son muy complejos y precisos.
(espacio)

Traducción en la UE:
La Unión Europea es un sistema multilingüe donde la función de los servicios lingüísticos de las instituciones y organismos de la UE es mantener y fortalecer la comunicación multilingüe en Europa, y ayudar a los europeos a comprender las políticas de la UE. Por lo que la traducción escrita es lo que permite a la UE cumplir con sus obligaciones legales de comunicación al ciudadano; ya que esta promulga disposiciones legales que son directamente aplicables a los ciudadanos y a las empresas y por lo tanto, estos han de poder leer esas disposiciones en una lengua que entiendan. Los ciudadanos de la UE tienen derecho a contribuir a la integración europea y por ello han de poder hacerlo en su propio idioma.

Los principios básicos de la política lingüística de la UE son que todos los ciudadanos han de poder contribuir a su construcción, deben estar informados de lo que se hace en su nombre y disponer de los textos legislativos comunitarios en una lengua que puedan entender.
Antes de entrar en la UE cada futuro estado miembro debe elegir cual será su lengua oficial y este aspecto vuelve a acordarse en las negociaciones de adhesión. La lengua oficial requiere la confirmación unánime de los representantes de todos los estados miembros de la UE en el Consejo de la Unión Europea; puede constar en el Acta de Adhesión o como reglamento. El primer Reglamento del Consejo, de 1958 establece la lista de las lenguas oficiales de la UE e indica cuando es obligatoria su utilización:
Reglamento:
Artículo 1
« Las lenguas oficiales y las lenguas de trabajo de las instituciones de la Unión serán el alemán, el búlgaro, el castellano, el checo, el danés, el eslovaco, el esloveno, el estonio, el finés, el francés, el griego, el húngaro, el inglés, el irlandés, el italiano, el letón, el lituano, el maltés, el neerlandés, el polaco, el portugués, el rumano y el sueco ».
Artículo 2
Los textos que un Estado miembro o una persona sometida a la jurisdicción de un Estado miembro envíe a las instituciones se redactarán, a elección del remitente, en una de las lenguas oficiales. La respuesta se redactará en la misma lengua.
Artículo 3
Los textos que las instituciones envíen a un Estado miembro o a una persona sometida a la jurisdicción de un Estado miembro se redactarán en la lengua de dicho Estado.
Artículo 4

Los reglamentos y demás textos de alcance general se redactarán en las lenguas oficiales.
Artículo 5

El Diario Oficial de la Unión Europea se publicará en las lenguas oficiales.

El reglamento se basa en el artículo 290 del Tratado CE y el artículo 314 establece el principio del multilingüismo.
La principal función de los servicios de traducción de las instituciones y órganos de la UE es por lo tanto ofrecer versiones de los textos oficiales producidos por estas organizaciones en todas las lenguas oficiales.
La mayoría de los textos que se traducen corresponden a la legislación y sus documentos preparatorios. Los proyectos iniciales de la Comisión cuando se presentan a al Parlamento, al Consejo y los Comités deben entregarse en todas las lenguas oficiales para que todas las personas interesadas puedan conocer su contenido exacto. Estos organismos deben hacer sus aportaciones en todas las lenguas oficiales. Por lo que toda la legislación comunitaria, una vez finalizada, debe publicarse en el Diario Oficial en todas las lenguas oficiales para que pueda entrar en vigor. También se deben traducir a todas las lenguas oficiales los documentos de gran importancia política para que todos los ciudadanos de la UE puedan participar si así lo desean. La correspondencia con las autoridades, las asociaciones y las empresas se traduce solo a la lengua o las lenguas de los destinatarios.
Este planteamiento de la traducción garantiza el derecho del ciudadano a estar informado de los asuntos esenciales de la UE y por lo tanto poder comunicarse con ella en su propia lengua. Pero también vela por el interés del contribuyente ya que solo traduce lo realmente necesario. Los traductores de la UE mantienen asimismo versiones personalizadas de memorias y otros sistemas informáticos de ayuda a la traducción. Los servicios de traducción de las distintas instituciones cooperan entre si a través de un Comité interinstitucional de traducción e interpretación.
Las instituciones de la UE disponen de un equipo de traductores profesionales altamente cualificados que traducen textos a las 20 lenguas oficiales. En la UE hay ofertas de empleo de traductores de plantilla (destinados en alguna de las sedes de las instituciones), y traductores externos que trabajan en régimen autónomo. Pero a estos se añaden los juristas lingüistas que son traductores licenciados en derecho.
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Interpretación en la UE:
La Unión Europea consta de 27 miembros y de 23 lenguas oficiales; por lo que esta situación es única en el mundo. El Parlamento Europeo cuyos diputados, elegidos por los ciudadanos debaten las propuestas de legislación o en los numerosos grupos de especialistas en diversos temas que ayudan a la comisión requieren de la interpretación ya que se deben comunicar entre ellos. Los ciudadanos de la UE tienen derecho a contribuir a la integración europea y se les alienta a ejercer su derecho y por ello hacerlo en su propio idioma; por ello es de tanta relevancia que en el Parlamento se de la interpretación. Las instituciones de la UE cuentan con intérpretes de conferencias. La interpretación al contrario que la traducción tiene que ver exclusivamente con la comunicación oral; la cual se trata de transmitir un mensaje de un idioma a otro de manera natural y fluida, adoptando la expresión, el tono y la convicción del orador.
El que cada uno de los representantes pueda hablar en su propia lengua y por ello expresarse sin ningún problema es fundamental para la legitimidad democrática de la UE. Los intérpretes de las instituciones de la UE posibilitan la comunicación oral multilingüe cuando los interlocutores no hablan la misma lengua.
Como hemos visto antes, las lenguas oficiales estas establecidas por el reglamento nº1 del Consejo, de 1958; que se ha ido modificando según se van adhiriendo los nuevos miembros.
Las intervenciones orales en reuniones y negociaciones constituyen un elemento esencial de la toma de decisiones en la Comunidad. La interpretación por lo tanto tiene que ver exclusivamente con la comunicación oral trasladando un mensaje oral de un idioma a otro de manera natural y fluida.
Las instituciones de la UE celebran al año decenas de reuniones en las cuales requieren la presencia de intérpretes y por ello cuentan con 800 intérpretes de conferencias. La mayoría de los intérpretes que desempeñan la labor cotidiana pertenece al personal de plantilla del Parlamento Europeo, el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas o la Dirección de Interpretación de la Comisión Europea. Estos tres servicios cooperan en la gestión de un equipo de 2700 intérpretes autónomos. Los servicios de interpretación de la UE cuentan con una amplia experiencia en reuniones multilingües y pueden ofrecer asesoramiento en la manera de trabajar.

Para la formación de intérpretes la Dirección General de Interpretación de la Comisión Europea colabora muy estrechamente con las universidades para garantizar una formación de mayor calidad orientada ya a la actividad profesional en este ámbito. Existe un programa de subvenciones para proyectos que aporten una dimensión europea adicional a un curso de formación de interpretación.
Los servicios de interpretación de las instituciones europeas emplean personal administrativo y técnico. Para obtener un puesto en la plantilla se aplican las mismas normas que para cualquier otro puesto permanente en las instituciones europeas con el fin de garantizar la igualdad a todos los ciudadanos de la Unión, la contratación esta basada en un procedimiento de selección de oposiciones generales, de las que se obtienen listas de reserva de candidatos seleccionados; por lo que los intérpretes se contratan a partir de esta lista en función de las necesidades. Intérpretes como agentes temporales también se contratan de forma excepcional por necesidades especiales o urgentes. El Parlamento, la Comision y el Tribunal del las UE tienen sendos servicios de interpretación y estos se ponen de acuerdo para la contratación ya que se hace de forma conjunta.

Los estudiantes de interpretación pueden solicitar las ayudas a la movilidad gestionadas por la Dirección General de Educación y Cultura de la Comisión Europea. Tambien hay subvenciones para la formación de intérpretes de conferencias.
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LAS LENGUAS OFICIALES Y DE TRABAJO, Y SU ORIGEN
Las lenguas oficiales de la Unión Europea son aquellas lenguas oficiales de todos los estados miembros. Entonces, ¿si son 27 países, serán 27 lenguas, no? La respuesta es no porque hay países en los que se habla la misma lengua, por ejemplo Irlanda y Reino Unido. Las 23 lenguas oficiales de la Unión Europea son el alemán, el búlgaro, el castellano, el checo, el danés, el eslovaco, el esloveno, el estonio, el finés, el francés, el griego, el húngaro, el inglés, el irlandés, el italiano, el letón, el lituano, el maltés, el neerlandés, el polaco, el portugués, el rumano y el sueco.
¿Qué significa que sean oficiales? La oficialidad de las lenguas hace que estás sean válidas en el seno de la Unión Europea. Esto supone que los eurodiputados pueden emplear cualquiera de las 23 lenguas oficiales en el Parlamento, que las normas, sentencias, actos administrativos de la UE se dictarán en las 23 lenguas (siendo todas ellas derecho al ser normas auténticas, no meras traducciones). Ahora bien, este uso oficial no quiere decir que se maneje cualquier lengua para el funcionamiento ordinario de la Unión. Aquí, es donde aparecen las lenguas de trabajo que son el inglés, el francés, y el alemán.
Por lo general, la Comisión Europea emplea el inglés, el francés y el alemán como lenguas de procedimiento, mientras que el Parlamento Europeo proporciona traducciones a diferentes lenguas según las necesidades de sus diputados.
Las lenguas de trabajo son las 3 lenguas con mayor uso en la UE, se han seleccionado estas tres para agilizar la burocracia. Para una rápida interconexión del funcionariado entre la UE y de todas sus instituciones. De otra forma, sería un sistema que se anquilosaría (como le ocurrió por ejemplo a Felipe II con su modelo burocratico) y no daría resultado productivo alguno. Por razones de tiempo y presupuesto, son relativamente pocos los documentos de trabajo que se traducen a todas las lenguas.
El origen de las lenguas de la unión procede de distintas familias linguisticas, de ahí su diversidad y pluralidad, aunque se pueden inscribir en tres principales familias: indoeuropea, finoúgrica y semítica la más extendida. Las lenguas evolucionan al hilo de la historia. Los movimientos migratorios han traído a Europa oleadas sucesivas de lenguas que, a su vez, se han ido transformando al ritmo de los acontecimientos. La caída del Imperio Romano, por ejemplo, propició un proceso que dio lugar al desarrollo de las lenguas románicas como el francés, el italiano y el español.

La mayoría de las lenguas europeas modernas proceden de un tronco común originario de Asia central o Anatolia, una lengua protoindoeuropoea cuya evolución exacta sigue siendo objeto de debate.

La mayoría de las lenguas europeas pertenecen a algún grupo de la familia indoeuropea:

Báltico: lenguas bálticas orientales (letón y lituano) y occidentales (p.e. prusiano antiguo).

Céltico: lenguas britónicas (p.e. galés) y goidélicas (p.e. irlandés).

Germánico: lenguas nórdicas (p.e. danés y sueco) y lenguas occidentales (p.e. neerlandés, inglés y alemán).

Románico: lenguas dacorrománicas (p.e. rumano), galorrománicas (p.e. francés), iberorrománicas (p.e. portugés y español), italorrománicas (p.e. italiano) y retorrománicas (p.e. romanche).

Eslavo: grupos oriental (p.e. ruso), meridional (p.e. búlgaro y esloveno) y occidental (p.e. checo y polaco).

El albanés y el griego son también lenguas indoeuropeas, pero sin parentesco con los otros grupos de la familia indoeuropea.

Otras lenguas europeas tienen, sin embargo, raíces completamente diferentes. El estonio, el finés y el húngaro pertenecen a la subfamilia finoúgria de las lenguas urálicas, que se creen procedentes del oeste de los montes Urales, la Rusia actual.

El maltés es una lengua semítica de raíces árabes. Para el euskera, hablado por unas 800 000 personas, no se ha podido establecer relación con ninguna otra familia lingüística.



Con respecto a la diversidad lingüistica y las lenguas minoritarias, el artículo 22 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE, adoptada en 2000, declara el respeto de la UE a la diversidad lingüística, y el artículo 21 prohíbe la discriminación por razón de lengua. El primero, junto con el respeto a la persona humana, la apertura a otras culturas y la tolerancia, es uno de los valores básicos de la UE.


El principio se aplica no sólo a las 23 lenguas oficiales de la UE, sino también a la multitud de lenguas regionales y minoritarias habladas por diversos grupos de población. Por eso la Unión Europea no quiere ser un crisol reductor de las diferencias, sino un espacio que aprecia la diversidad como fuente de riqueza.

Un nuevo futuro para Europa

Publicado el 24-11-2009 , por Ramón R. Lavín. Bruselas
El 1 de diciembre entrará en vigor el tratado de Lisboa, tras la ratificación del último país que quedaba por hacerlo, la república checa. El texto se acordó para gestionar una unión europea con 27 miembros. En los próximos años no se harán reformas.
El 1 diciembre de 2009, un mes después de que la República Checa – último país que quedaba por hacerlo– depositara su ratificación del Tratado de Lisboa en el palacio del Quirinale, sede del gobierno italiano, concluye el proceso de ratificaciones, y, por lo tanto, entra en vigor el Tratado de Lisboa. Acaba así un proceso de casi diez años de preparación. Será el sexto tratado, después del Tratado de Roma firmado en 1957, que fue la base de lo que es hoy la Unión Europea (UE).
Pero, ¿por qué un nuevo tratado?
Los textos que se han ido firmando a lo largo de la historia de la construcción europea son la respuesta que se ha ido dando progresivamente a los nuevos desafíos. Es evidente que el contenido del Tratado de Roma, concebido hace 50 años para una Unión Europea mucho más pequeña, no respondería hoy a los problemas actuales, como el cambio climático, la crisis económica y financiera o los movimientos migratorios.
Por eso, nada más firmarse el Tratado de Niza, el 26 de febrero de 2001, los Jefes de Estado o de Gobierno de la época decidieron continuar el proceso de reforma, en gran medida en ese momento para poder enfrentarse a la avalancha de adhesiones que se preveían en un futuro muy próximo, con la integración de doce nuevos países del Centro y Este de Europa.
Se dieron en ese momento tres razones fundamentales para continuar el proceso de reformas: introducir más eficacia en el sistema de toma de decisiones, incrementar el juego democrático al dar mayor protagonismo al Parlamento Europeo y a los Parlamentos nacionales, y reforzar la acción exterior de la UE. Éstos son los objetivos centrales del Tratado de Lisboa, que introduce, además, otras muchas modificaciones, como, por ejemplo, la denominada “iniciativa ciudadana”, gracias a la cual, si se reúne un millón de firmas, se puede invitar a la Comisión Europea (CE) a que presente una iniciativa legislativa en ese ámbito.
Cincuenta años después del inicio de la aventura comunitaria, quinientos millones de ciudadanos europeos disfrutan de un periodo de paz y de crecimiento económico sin precedentes. La crisis actual ha demostrado la capacidad de reacción de la UE, lo que permite, a la vez, augurar que existe la capacidad necesaria para poder enfrentarse a nuevos desafíos. Así, por ejemplo, respecto a la crisis económica, la UE y los Estados miembros han dedicado conjuntamente unos 200.000 millones de euros, para financiar estímulos en la economía europea.
La UE dispone de un gran mercado único, con una moneda que facilita el comercio y lo hace más eficiente, junto a unas condiciones laborales y de asistencia social, como no existen en ninguna parte del planeta. Además de otros derechos, como la libre circulación de personas o un medioambiente más limpio.
Sin embargo, el sistema de toma de decisiones se concibió para una UE mucho más pequeña, que no tenía ante sí ni los desafíos ni los recursos actuales. Europa tendrá ahora mejores medios para enfrentarse a los nuevos problemas. Incluso, se establece por primera vez que un Estado miembro pueda retirarse de la Unión Europea si así lo desea y se definen los mecanismos que deben aplicarse en tal caso.
El Tratado de Lisboa hace a la UE más democrática, más eficiente y transparente, al tiempo que da a los ciudadanos y a los Parlamentos más poder y más información sobre lo que ocurre en la Unión, a la vez que le da una voz más clara y más fuerte en el mundo, lo que servirá también para proteger mejor a los intereses nacionales.
Con la entrada en vigor de este Tratado, a partir de 2014, la toma de decisiones en el Consejo de Ministros se adoptará por mayoría cualificada en una abrumadora cantidad de casos. Ésta necesitará una doble mayoría: el apoyo del 55 % de los Estados miembros y, como mínimo, el 65 % de la población europea. Serán necesarios, además, un mínimo de cuatro Estados para formar una minoría de bloqueo. De esa forma, los países con menos población se encontrarán en una situación más equilibrada respecto a los Estados miembros más grandes.
Se mantiene la unanimidad sólo para algunos ámbitos, como la fiscalidad, la defensa y la ampliación a nuevos Estados miembros, por lo que este Tratado amplía el número de decisiones que se adoptarán por mayoría cualificada.
Los Jefes de Estado o de Gobierno de la UE, en el ámbito del Consejo Europeo, elige por primera vez a un presidente del Consejo Europeo. De hecho, acaba de ser elegido el antiguo primer ministro belga, Herman Van Rompuy, por un periodo de dos años y medio, renovable una vez como máximo.
Será la cara visible en el exterior de la UE. Sin embargo, el responsable de la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) será el Alto Representante de la Unión para la Política Exterior y de Seguridad Común, que será al mismo tiempo vicepresidente de la Comisión Europea. Para suceder a Javier Solana, que ocupaba esa responsabilidad, el Consejo Europeo ha elegido a Catherine Ashton. Otra novedad del Tratado de Lisboa es que el presidente de la Comisión Europea será “elegido” por el Parlamento Europeo a propuesta del Consejo Europeo.
Por otro lado, en este Tratado se ha previsto la creación de un sistema de “alerta rápida”, que permite a los Parlamentos nacionales el derecho a pronunciarse sobre toda iniciativa legislativa que pueda entorpecer la labor parlamentaria nacional para respetar el principio de subsidiariedad de manera que no se aborden asuntos o competencias a nivel de la UE que pueden ser mejor defendidas a escala nacional o local.
La institución del presidente del Consejo Europeo y de la UE no suprime las presidencias semestrales de la UE, que ocupa cada país según un turno fijado de antemano. Con el Tratado de Lisboa, se instaura, para dar un poco más de coordinación, que las presidencias serán ocupadas por grupos de tres Estados, durante un periodo de 18 meses, de manera que cada país se encargará de la presidencia durante seis meses. En ese periodo, el ministro de cada área ocupará la presidencia semestral de cada reunión de ministros, excepto las reuniones de Asuntos Exteriores, que estarán presididas por el Alto Representante de la UE.
Se confirma el poder de colegislador del Parlamento Europeo en todos los campos en los que el Consejo de Ministros adopte sus decisiones por mayoría cualificada. En esos sectores, se necesitará también el voto favorable del Parlamento Europeo, según una serie de reglas denominadas “procedimiento de codecisión”.
Seguridad y defensa
Aunque se introducen cambios en lo relativo a la representación exterior y la política de seguridad, todo lo relacionado con los asuntos de defensa seguirá requiriendo la aprobación unánime de los veintisiete Estados miembros de la UE, lo que seguirá complicando en exceso su aplicación. La UE mantendrá sus misiones de mantenimiento de la paz, de prevención de conflictos y colaborará en el reforzamiento de la seguridad internacional. Ahora se amplían esas misiones para incluir operaciones de desarme, asesoramiento y asistencia en cuestiones militares y de ayuda a la estabilización al término de los conflictos.
Para poder superar alguna situación de bloqueo en lo relativo a la política de defensa, el Tratado insiste en la posibilidad de que se puedan instaurar “cooperaciones reforzadas” entre los Estados miembros, que deseen avanzar en el desarrollo de la defensa. Esto quiere decir que, en caso de bloqueo, por la dificultad de llegar a decisiones unánimes entre los Veintisiete, los Estados que lo deseen podrán realizar esos proyectos formando un grupo minoritario. El Tratado introduce una cláusula de solidaridad, voluntaria, cuando un Estado miembro sea víctima de un ataque terrorista o de una catástrofe natural o de origen humano.
Justicia y delincuencia
El Tratado de Lisboa contiene nuevas disposiciones para reforzar la capacidad de la UE en la lucha contra la delincuencia transfronteriza internacional, la inmigración ilegal, la trata de seres humanos y el tráfico de armas y de drogas. Este ámbito, que hasta ahora exigía la unanimidad en la toma de decisiones, pasa ahora a necesitar sólo la mayoría cualificada, al mismo tiempo que entra en juego el Parlamento Europeo, lo que le dará mayor transparencia. Esto permitirá a la UE luchar con más eficacia contra la delincuencia transfronteriza y proteger mejor el uso del dinero del presupuesto comunitario.
Por otro lado, las nuevas disposiciones respetan los diversos sistemas y tradiciones jurídicas de los Estados miembros. Así, por ejemplo, se permite que un Estado miembro suspenda su participación en una nueva medida si considera que ésta puede afectar a aspectos fundamentales de su sistema de justicia penal. En los casos de Irlanda y Reino Unido, cuyo Derecho es consuetudinario, y que no participan en el sistema de control de fronteras de Schengen, ambos países dispondrán de un acuerdo especial que les permita decidir, caso por caso, si participan o no en la legislación en este ámbito.
Actualidad
El Tratado recoge dos aspectos actuales que merecen especial atención: el cambio climático y la seguridad energética. Se da prioridad en la UE al objetivo de fomentar el desarrollo sostenible, basado en un alto nivel de protección y mejora del medio ambiente.
Por otro lado, se incluyen nuevas normas para garantizar el buen funcionamiento del mercado de la energía, en particular por lo que se refiere al abastecimiento energético, y al fomento de la eficiencia y del ahorro energéticos, así como al desarrollo de energías nuevas y renovables. Se reafirma también el compromiso con una política europea unida sobre energía sostenible.
Historia
El origen de la construcción europea está en el Tratado de París, en 1952, donde se instauró la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA). Aunque el verdadero nacimiento de lo que ahora se denomina la Unión Europea (UE) está, sin embargo, en el Tratado de Roma, en 1957. Allí, los Seis países fundadores firmaron los Tratados de la Comunidad Económica Europea y el Euratom, para la seguridad de la energía nuclear.
Desde entonces, esos tratados se han ido enriqueciendo en función de las necesidades de cada momento, con las firmas del Acta Única Europea, en 1986, que permitió crear el gran Mercado Interior, y los Tratados de Maastricht, 1992, que fue el inicio de la Unión Económica y Monetaria, de la Política Exterior y de Seguridad Común, la cooperación en asuntos de Justicia e Interior.
El Tratado de Amsterdam de 1997 modificó algunos aspectos del Tratado de Maastricht, y el de Niza, en 2001, que inició la reforma del reparto de poder, ahora concluido. El 29 de octubre de 2004, se ratificó en Roma el Tratado que establecía una Constitución para Europa, pero los referendos negativos entre mayo-junio de 2005, en Francia y Holanda, provocaron el abandono de ese tratado. Como sustitución, los Veintisiete firmaron el 13 de diciembre de 2007 en Lisboa el nuevo Tratado, que ahora, después de un segundo referéndum en Irlanda y alguna que otra peripecia de otros Estados miembros, entrará en vigor el primero de diciembre.
Los irlandeses rechazaron este Tratado el 12 de junio de 2008. Casi un año después, los Jefes de Estado o de Gobierno de la UE acordaron dar a ese país una serie de garantías jurídicas vinculantes, respecto a unas cuestiones específicas, en materia de fiscalidad, derecho a la vida, la educación y la familia, y la tradicional política irlandesa de neutralidad militar, garantías que se incorporarán como un protocolo en los Tratados de la Unión Europea una vez que el Tratado de Lisboa entre en vigor.
Vaclav Klaus, protagonista
El presidente de la República Checa, Vaclav Klaus, intentó torpedear durante más de un año el Tratado de Lisboa por todos los medios a su alcance. Estampó su firma el día 3 de noviembre.
La clave
Tres razones fundamentales llevaron a continuar el proceso de reformas: introducir más eficacia en el sistema de toma de decisiones, incrementar el juego democrático al dar mayor protagonismo al Parlamento Europeo y a los Parlamentos nacionales, y reforzar la acción exterior de la Unión Europea.