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lunes, 13 de agosto de 2012

Top 20 de los aviones mas feos del mundo.


Desde que el hombre ha aprendido el arte de volar en el aire,  ha estado experimentando con nuevos e innovadores diseños de aviones para dar mayor perfección a su vuelo. Desde un diseño innovador como el Airbus A380, hemos visto cientos de miles de diseños que son también capaces de volar, pero entre todos estos aviones que algunos de nosotros hemos visto diseños que son increíbles en su capacidad de vuelo, pero algunos en tierra con diseño realmente feos pero con mucha utilidad.
Hoy he recopilado una lista de esos aviones, que no sólo han ayudado en el transcurso del tiempo para un mejor comprensión del diseño de los aviones si no que también ayudó en la fabricación de mejores aeroplanos.- 
Comenzamos nuestra lista con:

McDonnel XF-85 Goblin

McDonnel-XF-85-Goblin

XF-85-Goblin

IAI Phalcon 707

IAI Phalcon 707
IAI Phalcon 707
Phalcon 707

Westland Lysander P-12

Westland Lysander P-12
Lysander P-12

Super-Guppy-377

Super Guppy 377
Super Guppy

Beriev-Bartini

Beriev Bartini avion
Beriev Bartini

Gee Bee R-1

Gee Bee-R-1

MiG-I 320

MiG-I-320
MiG-I 320

LTV A-7 Corsair II

LTV A-7 Corsair II
 Corsair II

Nimrod AEW3

Nimrod AEW3
Nimrod AEW3

PZL M-15 Belphego

PZL M-15 Belphego
PZL M-15 Belphego

Boeing EC-18B

Boeing EC-18B
Boeing EC-18B

Airbus A300-600ST Beluga

Beluga avion
Airbus beluga
Airbus beluga


Gannet

Gannet

Otros aviones feos.

Caproni Stipa
arava
 WFT? jaja
avion feo

viernes, 10 de agosto de 2012

La leyenda del "Octavius"


barcofantasma

 
“Hasta ahora hemos estado atrapados en el hielo por 17 días. Nuestra posición aproximada es Longitud 160 O, Latitud 75 N. El fuego finalmente se extinguió ayer y el maestre ha estado tratando de encenderlo otra vez pero sin mucho éxito. Le ha dado la piedra a uno de los marinos. El hijo del maestre murió esta mañana y su esposa dice que ya no siente el frío. El resto de nosotros no siente lo mismo en esta agonía.”

En la mañana del 12 de agosto de 1775, el ballenero groenlandés Herald se las arreglaba para cruzar el Atlántico Norte cuando el silencio glacial fue roto por el grito del vigía. Al frente y al Oeste, por encima de un iceberg podían verse las puntas de unos mástiles a unos diez kilómetros de distancia. Lentamente, una goleta emergió por detrás de la masa de hielo y a través del telescopio el capitán del Herald pudo constatar que no había señales de vida. Las velas estaban desechas y todo el barco brillaba curiosamente bajo el sol, cubierto como estaba de escarcha.
El capitán ordenó acercarse y empezó a gritarle a la tripulación de la extraña embarcación, pero sólo el silencio respondió a su llamado. La goleta siguió imperturbable su aparente camino sin ruta. “Bajen la lancha,” ordenó el capitán Warren. “Voy a echar un vistazo.”
La tripulación del Herald, como buenos marinos supersticiosos hasta el tuétano, permanecieron inmóviles. No tenían las más mínimas intenciones de aventurarse en el barco fantasma, y sólo cuando el capitán empezó a imprecarles, los marinos acataron sus órdenes.
El capitán eligió a ocho hombres para que lo acompañaran, y remando llegaron hasta la proa del barco donde bajo una capa de hielo podía  leerse el nombre de la embarcación, Octavius. Ninguno había escuchado sobre ella jamás.
Desde el bote el capitán volvió a llamar a la tripulación, pero entre los ecos de su propia voz sólo escuchó el crujir de la madera y el silbar del viento entre las velas deshilachadas. Con cuatro de los hombres el capitán decidió subir a bordo.
La cubierta estaba tapada por el hielo y no se veía una sola persona sobre ella. Tras abrirse camino a través del hielo, decidieron bajar a los camarotes; donde consiguieron a veintiocho hombres congelados. Cada uno acostado en su litera y cubierto por capas y capas de cobijas y ropa. El frío había conservado sus cuerpos en perfecto estado y daba la impresión de que simplemente dormían la siesta.

En la cabina del capitán, el espectáculo fue el mismo. Su cuerpo estaba sentado en una silla frente a su escritorio. Las manos entrelazadas sobre las piernas y la cabeza tumbada hacia un lado con los labios entreabiertos. En una cabina detrás de la suya había tres cuerpos más. Una mujer estaba acostada en una camilla descansando su cabeza sobre el brazo, los ojos completamente abiertos viendo a un hombre con las piernas cruzadas sentado en una esquina en el otro lado del cuarto. En sus manos tenía un pedernal y una barra de metal. Frente a él, un puñado de aserrín cubierto de escarcha. La muerte lo había vencido tratando de encender un fuego. Junto a él estaba la chaqueta del marino. El capitán Warren la levantó y debajo de ella descubrió el cuerpo de un niño abrazado a un muñeco de trapo.

Los marinos del Herald habían visto más que suficiente y empezaron a pedirle al capitán que se marcharan. Pero el capitán les respondió que quería saber más. Bajó al depósito y no encontró ni un gramo de comida y cuando volvió a cubierta sus hombres estaban en pánico y le amenazaron con amotinarse. Contra todos sus deseos Warren tomó la bitácora del Octavius y regresó al Herald, desde donde pudo ver la goleta perderse sin rumbo en el horizonte para nunca más volver a saber de ella.

El capitán se retiró a su camarote a leer la bitácora y notó que faltaban todas las páginas del libro menos la primera y última. El marinero a quien se lo había encargado había dejado caer el resto en el mar.
En la primera el capitán del Octavius había escrito que habían partido de Inglaterra con rumbo a China el 10 de septiembre de 1761. Catorce años atrás. La última página tenía una sola anotación que estaba fechada el 11 de noviembre de 1762.

“Hasta ahora hemos estado atrapados en el hielo por 17 días. Nuestra posición aproximada es Longitud 160 O, Latitud 75 N. El fuego finalmente se extinguió ayer y el maestre ha estado tratando de encenderlo otra vez pero sin mucho éxito. Le ha dado la piedra a uno de los marinos. El hijo del maestre murió esta mañana y su esposa dice que ya no siente el frío. El resto de nosotros no siente lo mismo en esta agonía.”
Los ojos del capitán Warren volvieron a las palabras “Longitud 160 O, Latitud 75 N…” El significado era impresionante. En la fecha de la última nota en la bitácora, el Octavius había estado atrapado en hielo en el océano ártico, al norte de Point Barrow, Alaska. Miles de kilómetros de donde lo habían encontrado ese día. Un continente de hielo se extiende entre estos dos puntos.
Lo que el Octavius había hecho era pasar el legendario Paso del Noroeste. Por cientos de años se había buscado una ruta más corta entre el Atlántico y el Pacífico para llevar a cabo el intercambio comercial entre Asia y Europa. El Paso del Noroeste era un sueño para las potencias europeas de eliminar el largo viaje alrededor de la punta de Suramérica.
Aparentemente, el capitán del Octavius también había decidido encontrar el paso en vez de volver a casa alrededor de Suramérica. Pero como muchos otros antes que él, lo único que encontró fue la muerte.
Pero el Octavius había logrado el objetivo por si mismo. Año tras año había permanecido a flote, y sin nadie atendiendo el timón se había deslizado lentamente hacia el Este, aguantando la furia de los elementos hasta que finalmente llegó al Atlántico Norte. No fue sino hasta 1906 -ciento treinta y seis años más tarde- cuando otro barco, el Gjoa, comandado por el explorador noruego Roald Amundsen, logró cruzar el Paso del Noroeste.
Pero el Octavius había sido el primero, aunque su capitán y tripulantes hubiesen estado congelados por más de trece años.

Señales de humo






La cultura popular, debido a las clásicas películas de género western, o del oeste, como se suele decir, ha asociado las señales de humo con los indios nativos norteamericanos. Pero tiempo atrás ya se utilizaba este método de comunicación, sencillo y barato, aunque un poco limitado para enviar mensajes largos o complejos.

En la antigua China, los soldados apostados a lo largo de la Gran Muralla, alertaban de los ataques enemigos a través de señales de humo que viajaban de torre en torre. De este modo, según parece, en tan solo unas horas el mensaje de peligro recorrido centenares de kilómetros. Este uso me recuerda al Señor de los Anillos, cambiando el humo por enormes hogueras.

Como era de esperar, también está documentado el uso de este método por parte de los griegos en la antigüedad. El historiador Polibio, en torno al año 150 a.C., inventó un sistema que permitía la transmisión de información relativamente compleja. Asignando números a los caracteres alfabéticos griegos y utilizando varios fuegos o antorchas para transmitir dichos números, era capaz de traducir a este lenguaje basado en el humo, palabras completas. La traducción de letras a números se basaba en el conocido como cuadrado de Polibio, una idea básica que ha estado presente en la criptografía a lo largo de la historia.

Y para finalizar, también los nativos norteamericanos, si bien no fueron los pioneros, utilizaron las señales de humo. Cada tribu tenía su propio sistema de señales, aunque parece que en términos generales una bola de humo significa que se había de estar alerta, dos querían decir que todo estaba tranquilo y tres advertían de la existencia de problemas o peligros.

De la China antigua y de la Grecia clásica a los indios y de estos a nuestros días. Porque aún en la actualidad se siguen utilizando las señales de humo, aunque más bien como algo testimonial, todo sea dicho. ¿O acaso no recuerda usted esa humareda blanca que precede al Habemus Papam en Roma?

Paul Cézanne




Considerado el padre del arte moderno. Intentó conseguir una síntesis ideal de la representación naturalista, la expresión personal y el orden pictórico abstracto. Entre todos los artistas de su tiempo, Cézanne tal vez sea el que ha ejercido una influencia más profunda en el arte del siglo XX (Henri Matisse admiraba su utilización del color y Pablo Picasso, desarrolló la estructura de la composición plana de Cézanne para crear el estilo cubista). Sin embargo, mientras vivió, Cézanne fue un pintor ignorado que trabajó en medio de un gran aislamiento. Desconfiaba de los críticos, tenía pocos amigos y, hasta 1895, expuso sólo de forma ocasional. Estaba distanciado incluso de su familia, que tachaba su comportamiento de extraño y no apreciaba el carácter revolucionario de su arte. Cézanne nació el 19 de enero de 1839 en la ciudad de Aix-en-Provence, en el sur de Francia. Su padre era un banquero acaudalado. Fue amigo de infancia de Émile Zola y, al igual que éste, manifestó interés por el arte desde muy joven para disgusto de su padre. En 1862, después de una serie de encarnizadas discusiones familiares, el aspirante a artista recibió una pequeña asignación y fue enviado a estudiar arte a París, hacia donde ya había partido Zola. Cézanne se sintió de inmediato atraído por los elementos más radicales del mundo artístico parisino. Admiraba sobre todo al pintor romántico Eugène Delacroix y, entre los artistas más jóvenes, a Gustave Courbet y a Édouard Manet, que exponían obras que la mayoría de sus contemporáneos encontraban chocantes tanto por su estilo como por su temática. Muchas de las primeras obras de Cézanne estaban pintadas con pigmentos espesos y en tonos oscuros que recordaban al expresionismo romántico y melancólico de generaciones anteriores. Sin embargo, al igual que Zola en su empeño por desarrollar una narrativa realista, también Cézanne manifestó un interés progresivo en la representación de la vida contemporánea, quería pintar el mundo tal como se presentaba ante sus ojos, sin preocuparse de idealizaciones temáticas o afectación en el estilo.

La influencia más significativa en los comienzos de su madurez artística fue la de Camille Pissarro, pintor mayor que él aunque poco reconocido, que vivía con su numerosa familia en una zona rural a las afueras de París. Pissarro no sólo proporcionó al inseguro Cézanne el apoyo moral que necesitaba sino que lo introdujo en la nueva técnica impresionista para conseguir los efectos de la luz natural. Junto con Claude Monet, Auguste Renoir y unos pocos pintores más, Pissarro había desarrollado un estilo para trabajar al aire libre (en plein air) de forma rápida y a escala reducida, que consistía en utilizar pequeños toques de colores puros, sin recurrir a bocetos preliminares ni a dibujos. Pretendían atrapar de ese modo los efectos lumínicos fugaces así como su interpretación visual, también efímera, de la naturaleza. Bajo la tutela de Pissarro, en el corto periodo comprendido entre 1872 y 1873, Cézanne pasó de los tonos oscuros a los colores brillantes y comenzó a concentrarse en escenas de la vida rural. Aunque parecía poseer menos dominio técnico que los otros impresionistas, Cézanne fue aceptado dentro del grupo y expuso con ellos en 1874 y 1877. En general los impresionistas contaban con un éxito comercial limitado, y las obras de Cézanne tuvieron la acogida más desfavorable por parte de la crítica. Se distanció de muchos de sus contactos parisinos a finales de la década de 1870 y durante toda la década de 1880 pasó gran parte del tiempo en su Aix-en-Provence natal. A partir de 1882 dejó de trabajar en estrecha relación con Pissarro. En 1886 creyó ver referencias a sus fracasos, apenas disimuladas, en una novela de Zola y rompió sus relaciones con él, a pesar de que había sido su apoyo durante mucho tiempo. Ese mismo año heredó la fortuna de su padre y por fin, a la edad de 47 años, consiguió la independencia económica, aunque permaneció en su aislamiento social. El aislamiento y la concentración, así como la singularidad de su búsqueda, podrían señalarse como los responsables de la increíble evolución que sufrió su estilo durante las décadas de 1880 y 1890. En ese periodo, aunque continuó pintando directamente del natural con brillante colorido de tipo impresionista, fue simplificando de modo gradual la aplicación de la pintura hasta el punto de que parecía lograr expresar el volumen con sólo unas cuantas pinceladas de color yuxtapuestas.

Más adelante los expertos llegarían a afirmar que Cézanne había descubierto un modo de representar tanto la luz como las formas de la naturaleza simplemente mediante el color. Parecía reintroducir una estructura formal que los impresionistas habían abandonado, sin sacrificar por ello la sensación y vivacidad lumínica lograda por ellos. El propio Cézanne hablaba de modular el color en lugar de modelar el claroscuro de la pintura tradicional. Con ello se refería a que suplantaba las convenciones artificiales de representación (modelar) por un sistema más expresivo (modular) que se hallaba aún más próximo a la naturaleza o, como decía el propio artista, "paralelo a la naturaleza". Para Cézanne la solución a todos los problemas técnicos del impresionismo radicaba en utilizar el color de un modo más ordenado y expresivo que el de sus compañeros impresionistas. Cézanne consideraba que nunca llegaba a alcanzar plenamente su objetivo, por lo que dejó la mayor parte de sus obras sin acabar y destruyó muchas otras. Se lamentaba de su fracaso a la hora de representar la figura humana y, efectivamente, las grandes obras con figuras humanas de sus últimos años, como Bañistas (c. 1899-c. 1906, Museo de Arte, Filadelfia), revelan unas distorsiones curiosas que parecen dictadas por el rigor del sistema de modulación cromática que él mismo impuso sobre sus propias representaciones. Sin embargo, la generación posterior de pintores llegó a aceptar prácticamente todas las rarezas de Cézanne. Dicha generación creía que ya se habían formulado los objetivos naturalistas del impresionismo y que era necesario un estilo nuevo y original, sin reparar en la dificultad, para poder devolver al arte moderno sinceridad y compromiso. Durante muchos años la obra de Cézanne sólo fue conocida por sus antiguos colegas impresionistas y por unos cuantos artistas jóvenes radicales de la línea del postimpresionismo, entre los que se incluían Vincent Van Gogh y Paul Gauguin. Sin embargo, en 1895 Ambroise Vollard, ambicioso marchante parisino, organizó una exposición de sus obras y las promocionó con gran éxito durante los años siguientes. Hacia 1904, Cézanne alcanzó la consagración en uno de los grandes salones oficiales de pintura y cuando murió (en Aix, el 22 de octubre de 1906) había logrado un prestigio considerable. Muchos pintores jóvenes viajaron hasta Aix-en-Provence para verle trabajar y pedirle consejo durante los últimos años de su vida. Sin embargo, tanto su estilo como sus teorías continúan siendo misteriosas y crípticas; para unos era un pintor primitivo ingenuo y para otros un complicado maestro en los procedimientos técnicos. Aunque todos están de acuerdo en que la intensidad de sus colores, unida al aparente rigor de la estructura compositiva, indican que, a pesar de la frecuente desesperación del propio artista, había sintetizado los elementos básicos de representación y expresividad de la pintura de un modo muy personal.

Algunas de sus obras:



Bodegón con pañería (1904)



Martes de carnaval (1888)



Le chateau noir (1904)



Los jugadores de naipes (1892)



Los grandes bañistas (1905)



Naturaleza muerta con manzanas y naranjas (1899)



El padre del artista (1866)



Casa del Dr. Gachet en Auvers (1873)



El puente de Maincy (1880)



El monte Sainte Vintoire (1900)



El rapto (1867)



La casa del ahorcado (1863)

Una canción, una historia; Father and son - Cat Stevens



"Father and Son" es una canción popular escrita y musicalizada por la cantante británico Cat Stevens para su álbum de 1970 "Tea for the Tillerman".

La canción, cuya caracteristica es su melodia suave y estilo acustico, marca el intercambio de ideas entre un padre a un hijo al no comprender el deseo de terminar un ciclo y dar forma a una nueva vida, siendo esto la duda del hijo, aunque sabe lo que debe hacer pide ayuda a su padre. Este dialogo se ve marcado en cada parte de la cancion, donde el hijo relata sus ideas hacerca del crecer y el padre simplemente le dice "mirame, estoy viejo pero soy feliz".

Stevens la escribió originalmente como parte de un proyecto musical con el actor Nigel Hawthorn llamado Revolussia, el cual tenia como ambiente la Revolución Rusa, la trama original de la canción era acerca de un chico que quiso sumarse a la revolución en contra de los deseos de su padre.. El proyecto musical nunca saliò a luz, y eso hizo que "Father and son" tomara otro contexto al reversionarla en un contexto más general que refleja la captura de los impulsos y visiones de las generaciones más jóvenes con las de mas edad.

Aunque nunca fue single, "Father and son" ha recibido importantes influencias de rock progresivo, la cual la llevo a ya ser un pieza muy coreada cuando el musico se presentaba en vivo y tocada en en la radios de todo el planeta, y desempeñó un papel clave en el establecimiento de Stevens como una voz clasica para la musica popular. Un año más tarde, en 1971 fue puesta en el lado B del single que incluia otro clasico de Cat, la gran "Moonshadow ".
En 1978, después de una experiencia cercana a la muerte Stevens decidió convertirse al islam y abandonar la música. Entonces adopto el nombre Yusuf Islam y prohibiò que sus canciones sean usada en comerciales de TV. Lo demas es historia conocida...

Si quieres puedes escucharla por acá:

http://www.goear.com/listen/c0ed4f4/father-and-son-cat-stevens

O llevarte el video desde acá:

http://www.mediafire.com/?wk5gy7mdq79rgzp

Olas de Neón


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Este maravilloso efecto visual son las olas bioluminiscentes u olas de neón y son el producto de la actividad de millones de organismos microscópicos que poseen la capacidad de brillar en según qué circunstancias.  Los bichitos en cuestión son los Lingulodinium polyedrum, o dinoflagelados que brillan como luciérnagas cuando son perturbados. Por este motivo, solo brillan cuando son arrastrados en las crestas de las olas o cuando éstas rompen en la playa.

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Para poder disfrutar de esta pequeña maravilla de la naturaleza deben de darse ciertas condiciones. Estos pequeños seres viven y se alimentan del plancton marino y se suelen concentrar en fondos marinos ricos en coral. A finales de la primavera y comienzos del verano, los cambios bruscos de la temperatura del agua suelen provocar desajustes reproductivos de las poblaciones que crecen de manera desaforada y producen a veces que estas nubes de bacterias sean arrastradas hasta las costas. Pese a lo idílico que puede ser darse un baño en aguas brillantes, la aparición de estas olas de neón suelen ser presagio de una marea roja, que no es más que la acumulación en exceso de estas bacterias, que a la luz del día se ven de ese color. El fenómeno se puede producir en cualquier lugar del planeta, aunque lo más normal es poder observarlo en aguas oceánicas relativamente templadas.
Sin duda, todo un espectáculo nocturno que por lo efímero, pocos tienen la suerte de disfrutar.


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